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Lo obesidad y el COVID-19 están atacando a los niños pobres de las minorías en California

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La pandemia del coronavirus deja al descubierto que los niños obesos de las minorías siguen siendo los más afectados en todos los aspectos, ya que investigaciones emergentes vinculan la obesidad con un mayor riesgo de enfermedad grave por COVID-19, incluso entre los niños.

En California, el 17.1 por ciento de los jóvenes de 10 a 17 años padecen obesidad, la decimoquinta tasa más alta del país, según los datos más recientes publicados en el reporte State of Childhood Obesity: Prioritizing Children’s Health during the Pandemic, un nuevo informe de la Fundación Robert Wood Johnson (RWJF).

La tasa nacional de obesidad para este grupo de edad es del 15.5 por ciento, lo que significa que aproximadamente uno de cada siete tiene obesidad.

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El informe, disponible en www.stateofchildhoodobesity.org, examina los datos nacionales y estado por estado más recientes sobre las tasas de obesidad infantil y ofrece recomendaciones de políticas para priorizar la salud de los niños durante la recuperación de la pandemia.

La crisis de obesidad de la nación y la pandemia de COVID-19 se entrecruzan de muchas maneras. Investigaciones emergentes vinculan la obesidad con un mayor riesgo de enfermedad grave por COVID-19, incluso entre los niños.

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La evidencia de otras vacunas lleva a algunos a predecir que una vacuna COVID-19 puede ser menos efectiva entre aquellos con afecciones médicas subyacentes, incluida la obesidad. La pandemia también agrava las condiciones que ponen a los niños en riesgo de obesidad. Los cierres de escuelas dejan a millones de menores sin una fuente regular de comidas saludables o actividad física. Y millones de cuidadores han perdido ingresos o trabajos, lo que dificulta que las familias tengan acceso a alimentos saludables o puedan pagarlos.

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“La obesidad infantil sigue siendo una epidemia en este país”, dijo Jamie Bussel, oficial sénior de programas de la Fundación Robert Wood Johnson, quien dirige los esfuerzos de la Fundación para prevenir la obesidad infantil.

“La pandemia de COVID-19 y la recesión económica en curso han empeorado muchos de los factores más amplios que sabemos que contribuyen a la obesidad, incluida la pobreza y las disparidades en la salud. Debemos enfrentar estas crisis actuales de manera que también apoyen la salud y la equidad a largo plazo para todos los niños y las familias en Estados Unidos”.

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Los nuevos datos sobre la tasa de obesidad muestran que persisten las disparidades raciales, étnicas y económicas. Los niños negros, hispanos y nativos americanos tienen tasas de obesidad significativamente más altas que los infantes blancos o asiáticos.

Los menores de hogares que ganan menos que el nivel de pobreza federal tienen más del doble de probabilidades de tener obesidad que los que están en la parte superior de la escala de ingresos.

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“Hemos visto estas disparidades durante décadas en lo que respecta a las tasas de obesidad infantil”, dijo Bussel.

“Este año, también hemos visto personas de color y de bajos ingresos que fueron las más afectadas por la pandemia de COVID-19. En ambos casos, estos resultados reflejan décadas de desinversión en comunidades y grupos específicos de personas, a menudo impulsados por el racismo sistémico y la discriminación que aún prevalecen en nuestra sociedad”.

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Recomendaciones de política

El nuevo informe destaca cómo las políticas de nutrición federales clave se han visto afectadas por la legislación de alivio de COVID-19 y hace recomendaciones para cambios adicionales en apoyo de la salud y prevención de la obesidad infantil.

En respuesta a la pandemia, el Congreso proporcionó fondos adicionales al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), a veces llamado cupones de alimentos. La financiación tenía como objetivo ayudar a dar cuenta de un alza en la inscripción, que aumentó en casi 6 millones en el primer mes de la pandemia, pero no para incrementar necesariamente la cantidad de beneficios para las personas.

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Recomendación: Aumentar el nivel máximo de beneficios de SNAP en al menos un 15 por ciento por participante durante la recesión económica.

El Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños, o WIC, ha podido cambiar algunas de las formas en que opera para apoyar a las familias de manera segura. Esas flexibilidades casi expiraron en septiembre, pero se ampliaron recientemente.

Recomendación: El Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) y el Congreso deben asegurarse de que las exenciones relevantes permanezcan vigentes durante el tiempo que sea necesario y que los estados y las oficinas de WIC tengan el apoyo técnico que necesitan para continuar sirviendo a las familias.

Los programas de comidas escolares enfrentaron una demanda sin precedentes en la primavera y se les otorgó flexibilidad para servir comidas a los alumnos fuera de la escuela. Muchos distritos escolares respondieron no solo alimentando a sus estudiantes sino a toda su comunidad.

Recomendación: El USDA debe apoyar a los estados en el uso de exenciones existentes para servir comidas gratis a todos los estudiantes durante el año escolar 2020-21, según lo autorizado recientemente por el Congreso.

Los datos de la tasa de obesidad provienen de la Encuesta Nacional de Salud Infantil (NSCH) 2018-19, junto con el análisis realizado por la Oficina de Salud Materna e Infantil de la Administración de Recursos y Servicios de Salud.

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