Anuncio

Fuertes críticas a Newsom y los legisladores por sus festejos y viajes durante una nueva oleada de COVID-19

El gobernador Gavin Newsom recorre una nueva instalación para pruebas de COVID-19, el 30 de octubre pasado, en Valencia.
(Marcio José Sánchez / Associated Press)
Share

Ningún político escapa al mayor escrutinio que conlleva postularse para un cargo. Y la mayoría, si no todos, han sido criticados por no hacer lo suficiente para alinear sus acciones con sus palabras.

Sin embargo, pocos ven que sus pasos en falso llevan tan de golpe a una ira candente como el gobernador Gavin Newsom, después de admitir que se reunió con varias otras parejas en una cena de cumpleaños hace menos de dos semanas; o como los miembros de la Legislatura de California, que actualmente disfrutan de un viaje a Hawái donde se codearán con grupos de interés que podrían haber cubierto el costo del evento.

En ambos casos, las decisiones personales de los funcionarios involucrados dieron la impresión de que su privilegio los hizo sentirse inmunes a la pandemia, y que ignoraron las precauciones de seguridad que ellos mismos piden a los californianos.

Anuncio

El COVID-19 “magnifica la percepción negativa de esto”, afirmó Kevin Eckery, un estratega de asuntos públicos que se desempeñó como secretario de prensa del entonces gobernador Pete Wilson. “Es peor cuando la gente se sacrifica mucho”.

El momento de ambas reuniones -Newsom asistió a la fiesta en un exclusivo restaurante del Valle de Napa el 6 de noviembre pasado; los legisladores están en Maui esta semana- no podría haber sido peor en términos de simbolismo político. En los últimos siete días, California tuvo un aumento del 102% en los casos de coronavirus con respecto a dos semanas antes, según el rastreador de datos de salud pública de The Times, con un récord, este lunes, de 13.412 nuevos casos en un solo día.

“Es muy importante predicar con el ejemplo hoy en día”, enfatizó Cassandra Pye, quien se desempeñó como vicejefa de gabinete en la gobernatura de Arnold Schwarzenegger.

La asistencia de Newsom a la cena al aire libre con hasta una docena de personas, como él y otros han señalado, no violó ninguna regla de salud pública estatal o local en ese momento. Desde entonces, el condado de Napa volvió al nivel más restrictivo, o “púrpura”, de los controles del coronavirus en el estado.

La noticia de la reunión salió a la luz el mismo día -de casualidad, pero de manera desafortunada para el gobernador- que el secretario de Salud y Servicios Humanos de Newsom, Dr. Mark Ghaly, describió nuevas pautas estatales sobre las reuniones privadas. Esos lineamientos se oponen, por ejemplo, al tipo de evento en French Laundry, en Yountville, donde Newsom celebró el cumpleaños de su veterano asesor, el cabildero Jason Kinney.

“Tenemos la orientación y los consejos por una razón: creemos que son las estrategias para mantenernos seguros en nuestras comunidades”, comentó Ghaly el viernes pasado. “Y deseamos y esperamos que la gente los tome en serio”.

Un día después de que el San Francisco Chronicle diera la noticia, la cena privada llegó a los titulares a nivel nacional. Los datos compilados por Google Trends mostraron que hubo un gran interés por parte de las audiencias en línea lejos de California, que se fortalecieron el lunes.

“La noticia del gobernador, disfrutando en uno de los restaurantes más exclusivos y caros del país (el plato promedio oscila en $325), mientras millones de californianos sufren las consecuencias económicas de la pandemia realmente luce muy mal”, escribió Jerry Roberts, ex editor en jefe del Chronicle y un observador de Newsom desde hace mucho tiempo, en un artículo para su sitio web de noticias políticas.

El lunes, Newsom ofreció un mea culpa al final de sus comentarios durante una sesión informativa sobre el coronavirus, en la que nuevamente pidió a los californianos que “minimizaran reunirse” con otras familias. Junto con su disculpa, el gobernador calificó su decisión de celebrar con Kinney como un “grave error”. “En lugar de sentarme, debería haberme levantado, subirme a mi auto y conducir de regreso a mi casa”, comentó. “En cambio, decidí sentarme allí con mi esposa y otras parejas con quienes no convivo”.

Como era de esperar, ello hizo poco para sofocar la ira de sus críticos más feroces. El martes, los residentes del condado de Orange que se presentaron en la reunión semanal de la Junta de Supervisores para protestar por las restricciones por el COVID-19 atacaron la “hipocresía del rey Gavin”. Un residente, que se identificó solo como Brian, ridiculizó a la administración de Newsom por su sistema de reapertura escalonado; “Espera que todos lo sigan, excepto él”, expresó.

Otra residente, que se identificó como Mary L., dijo sarcásticamente que se alegraba de que el gobernador “pudiera divertirse” antes de ordenar al condado de Orange que regresara al nivel más restrictivo.

Pero en todo el estado, añadió Eckery, es probable que el público acepte la disculpa del gobernador y siga adelante.

“Nos gusta cuando las personas con autoridad admiten que cometieron errores”, consideró.

El grupo de legisladores que se encuentra a 2.400 millas de Sacramento esta semana no llegó a tal remordimiento. La comitiva viajó a Maui para asistir a una conferencia anual realizada en un lujoso e influyente centro turístico, famoso por despertar objeciones en cuanto al mensaje que transmite.

No está claro el recuento completo de los legisladores de California que asistieron. A última hora del martes, solo cuatro miembros de la Asamblea estatal habían confirmado su participación o habían sido identificados por otros medios: las demócratas Blanca Rubio, de Baldwin Park, y Wendy Carrillo, de Los Ángeles; el republicano de Paso Robles Jordan Cunningham; y Chad Mayes, de Rancho Mirage, quien ganó la reelección este mes como no afiliado a ningún partido político.

Otros legisladores que asistieron al evento de Maui no están dispuestos a revelarlo. El lunes, un reportero de The Times llamó a un teléfono celular que supuestamente pertenece a un demócrata que asistió al evento. Cuando el reportero se identificó, la persona que respondió colgó rápidamente.

El organizador de la conferencia, Independent Voter Project (IVP), con sede en San Diego, se jacta en su sitio web de que el evento reúne a funcionarios electos y líderes empresariales para “darles la oportunidad de discutir los problemas directamente y proponer soluciones prácticas y positivas”.

¿Y por qué en Maui? Porque es “un lugar deseable para que legisladores y funcionarios lleven a sus familias”, según el sitio web de IVP.

Sin embargo, ningún legislador ha dicho si el viaje a Hawái era necesario. “Espero que todos aprovechemos cada oportunidad para dar un buen ejemplo”, afirmó la presidenta provisional del Senado, Toni Atkins (demócrata por San Diego) en una declaración escrita. “En los casos en que hay excepciones esenciales, esperaría que los senadores sigan las pautas lo más estrictamente posible”.

Los funcionarios del gobierno de Hawái exigen que cualquier persona que visite el estado se someta a una prueba de coronavirus no más de 72 horas antes del viaje, por lo que presumiblemente todos los legisladores de California y sus familias lo hicieron. Maui insta a los huéspedes a que también se examinen a su llegada.

Eckery dijo que era poco probable que alguno de los legisladores se enfrentara al reproche de quienes los eligieron. Aún así, señaló, la idea de una escapada a un sitio elegante, lejos de las miradas indiscretas de sus electores, “juega con un cinismo institucional” sobre la Legislatura.

La conferencia -al igual que el gobernador, que celebró en privado el cumpleaños de un influyente agente de poder- puede sugerir que hay flexibilidad para algunos cuando se trata de sacrificios durante la pandemia, incluso cuando los profesionales de la salud advierten que se avecinan tiempos difíciles. “El liderazgo”, enfatizó Pye, “exige que todos seamos abnegados”.

Los redactores de planta de The Times Patrick McGreevy y Taryn Luna contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio