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El incendio de Dixie amenazó con superar 1 millón de acres, luego se detuvo en seco. Así es cómo sucedió

Two women photograph street signs melted by the Dixie fire.
Tiffany Lozano fotografía un letrero derretido en la calle Main Street en Greenville, California, mientras su hermana Kelly Tan mira. La ciudad fue devastada por el incendio de Dixie.
(Mel Melcon / Los Angeles Times)
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Cuando se desató el incendio de Dixie en el condado de Plumas en una cálida tarde de julio, pocos sabían que se transformaría en el monstruo en el que pronto se convirtió. Un árbol caído, un fusible de una línea eléctrica fundido y un pequeño anillo de fuego fueron todo lo que se necesitó para crear el segundo incendio forestal más grande en la historia de California.

En los días y semanas posteriores al inicio del incendio, este fenómeno dio señales alarmantes, una tras otra: generó su propio relámpago, ardió claramente a través de la Sierra y, lo más espeluznante: redujo la ciudad de Greenville a cenizas.

Pronto amenazó con superar el tamaño del August Complex de 2020, el mayor incendio forestal en la historia de California, que quemó más de 1 millón de acres.

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Pero después de casi dos meses de expansión ininterrumpida, algo cambió. Aparentemente de la noche a la mañana, el clima se volvió más favorable, el terreno ardiente se niveló y las dotaciones de bomberos pudieron revertir el fuego masivo. El incendio de Dixie dejó de crecer, como si se hubiera congelado en el tiempo, en unos 963.000 acres. Hasta el viernes, estaba contenido en un 94%.

Fue una victoria difícil de conseguir, y los expertos dicen que hay mucho que aprender del incendio de Dixie, un fuego sin igual incluso en una era de ‘incendios sin precedentes’.

“No podemos acostumbrarnos a este tipo de números”, dijo Scott Stephens, profesor de ciencia del fuego en UC Berkeley. “Ese tamaño es simplemente abrumador”.

Muchos expertos dijeron que la velocidad y la escala de la propagación del incendio de Dixie enviaron un mensaje claro sobre el precio que el calor extremo y la sequía están teniendo sobre la vegetación vasta y descuidada de California. También amplificó la necesidad urgente de medidas más proactivas para prevenir incendios igualmente masivos.

“El incendio de Dixie es la última prueba definitiva de que los métodos tradicionales de extinción de fuego no están a la altura del desafío del tipo de combustiones forestales que tenemos en la década de 2020”, dijo Chris Field, director del Instituto Woods de la Universidad de Stanford por el medio ambiente. “Básicamente, este incendio superó todo lo que hubiéramos considerado una línea de fuego defendible tradicional”.

Field atribuyó algunos factores al crecimiento del incendio de Dixie; el más crítico, sin duda, fue cuando se refirió a la vegetación excesiva que se acumula en los bosques del estado. Cuando esa vegetación seca -producto de la sequía- se encontró con las brasas del fuego de Dixie, se encendió fácilmente, lo que permitió que las flamas se “abrieran su propio camino como un glaciar”.

“Es realmente aterrador la amplitud que tiene la acumulación de combustible”, dijo Field, y agregó que, “básicamente, estamos en una era en la que en cualquier lugar donde dejas caer una cerilla o una brasa encendida, obtienes un nuevo incendio. Y esa vulnerabilidad es realmente difícil de manejar”.

El incendio de Dixie también confirmó que el August Complex no era la peculiaridad que muchos esperaban que fuera. De hecho, seis de los 10 incendios más grandes en la historia del estado se han producido en los últimos dos años, según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California.

Y en muchos sentidos, el incendio de Dixie fue más temible que el August Complex. Ese siniestro se compuso de más de 30 incendios más pequeños que se prendieron después de una tormenta eléctrica inusualmente feroz en el norte de California.

Este fuego, por otro lado, se fusionó solamente con un incendio más pequeño para formar un infierno singular.

“El incendio de Dixie es uno solo, no es un complejo de fuegos múltiples”, dijo Tim Phelps, portavoz de incidentes del incendio de Dixie. “Es un territorio inexplorado”.

Phelps dijo que la sequedad crítica del paisaje ayudó a avivar el crecimiento expansivo del fuego durante julio y agosto.

“Lo que es singular este año, en comparación con años anteriores, es lo seco que está ese material”, dijo sobre los árboles y los pastos que abrasó el fuego. “Debido a esta sequía y a la falta de humedad durante un período de tiempo tan prolongado, esos combustibles son increíblemente receptivos al fuego. Las flamas se propagan más fácilmente y más rápido”.

Durante meses, los bomberos advirtieron a los residentes que las condiciones eran propicias para el desastre.

La vegetación estaba en una sequía récord y próxima a la temporada de incendios, y se volvió más seca durante el verano sin lluvia. El empeoramiento de las condiciones de sequía redujo los embalses del estado a mínimos históricos, y los funcionarios de todo el oeste declararon emergencias hídricas.

“Al principio, el viento y el terreno eran un factor enorme”, dijo Joe Zwierzchowski, portavoz de incidentes de la zona este del incendio de Dixie, y señaló que el paisaje accidentado y empinado dificultaba que las cuadrillas se pusieran frente al fuego. “Luego vira con vientos fuertes y condiciones extremadamente secas, y se tiene un barril de pólvora de los peores escenarios, todos alineados en uno”.

Esas condiciones duraron varias semanas, cuando las ganancias de contención eran difíciles de conseguir y aún más problemáticas de mantener. Pero cuando el clima retrocedió, el viento amainó y las llamas se trasladaron a un territorio más favorable. “Llegó a un lugar donde podíamos combatir el fuego”, dijo.

Los funcionarios de la zona oeste del incendio también notaron que un poco de lluvia y vientos más lentos les permitieron adelantarse a las llamas. Cuando el fuego alcanzó Hall’s Flat y otras áreas menos empinadas en el condado de Lassen, los equipos finalmente pudieron seguir adelante con excavadoras y mangueras, actuando a la ofensiva después de meses de movimientos defensivos.

“Básicamente, todo estaba en el lugar correcto en el momento oportuno, por primera vez, en el incendio”, dijo el portavoz de la zona oeste, Chris Ziegler.

Ziegler también atribuyó un historial de quemas controladas -incluido un proyecto en Warner Valley esta primavera- para frenar la propagación y proteger a una comunidad en el camino del incendio. Las quemas controladas ayudan a despejar la vegetación seca, esencialmente el combustible de un fuego, antes de que llegue un incendio forestal.

Las secuelas de quemas de otros incendios cercanos, incluidos los del Complejo Walker, Hog, Sheep y Beckwourth, también ayudaron, señaló, porque la falta de combustible no les dio a las llamas un lugar adonde ir.

Pero si bien la extinción eficaz de incendios marcó una diferencia significativa, el tiempo y la suerte también fueron esenciales para detener el fuego de Dixie. El comportamiento del incendio fue errático e impredecible durante la mayor parte de su recorrido.

“La característica esencial de estos mega incendios es que no tenemos ninguna forma de apagarlos cuando se encuentran en su hábitat principal”, dijo Field.

Stephens, de UC Berkeley, señaló que las condiciones de maleza del bosque eran, con mucho, la pieza más grande del rompecabezas. En ciertas áreas, el paisaje estaba tan seco que la probabilidad de que una brasa en el aire iniciara un incendio era superior al 90%, una garantía a corto plazo.

“Los incendios de este año fueron muy eficientes para propagarse, básicamente, por avistamiento, solo por brasas”, subrayó.

Al igual que otros que estudian los incendios del estado, Stephens dijo que décadas de inacción, junto con el cambio climático y la sequía actual de dos años, fueron una receta perfecta para el incendio de Dixie porque mantuvieron la humedad del combustible críticamente baja y altamente receptiva al fuego.

“Muestra la vulnerabilidad de nuestros bosques y paisajes”, dijo Stephens sobre el incendio de Dixie. “El cambio climático y la sequía aumentan la vulnerabilidad, pero la pieza más importante, todavía diría, es la condición de nuestro bosque. Yo me atrevo a decir que es el 75% de nuestro problema”.

Muchos ecologistas han notado que el fuego no solo es necesario sino saludable para el paisaje de California. Ya este año, las quemas controladas han ayudado a salvar a las queridas secuoyas gigantes del estado del complejo KNP que arde dentro del Parque Nacional Sequoia.

El incendio de Dixie también puede ser reparador para el paisaje del estado, comentó Stephens. Partes del incendio ardieron de forma moderada y esto, probablemente, nos dará como resultado, un bosque más saludable a largo plazo, aunque hubo algunas áreas que pueden haber sufrido daños catastróficos.

“El problema es que el precio es demasiado alto”, dijo. “El precio es Greenville quemándose, tal vez 700 casas perdidas y economías enteras interrumpidas durante meses”.

Menos incendios forestales y quemas más controladas, así como también la reintroducción de prácticas de quema indígenas -que fueron eliminadas agresivamente por las políticas de extinción de incendios-, pueden ser el mejor camino a seguir para el estado y ayudará a crear una base de áreas quemadas que podrían controlar los incendios forestales.

Pero la transición a un “modo de administración”, donde los tratamientos de combustible se realizan y se mantienen a escala, requerirá un esfuerzo y recursos renovados. El gobernador Gavin Newsom firmó el jueves un paquete climático de $15 mil millones, la mayor inversión de este tipo en la historia del estado, que incluirá alrededor de $1.5 mil millones para afrontar los incendios forestales y la resiliencia forestal.

Y si el proyecto de ley de infraestructura expansiva del presidente Biden se aprueba, permitiría más de $3 mil millones para la reducción del riesgo de incendios forestales, incluido la deforestación atenuada, las quemas controladas, los proyectos de infraestructura y la defensa estructural, todo lo cual sin duda será necesario en los próximos años.

La alternativa para realizar este trabajo, dijeron varios expertos, es lograr, en un futuro, incendios como el de Dixie más espaciados.

Para leer esta nota en inglés, por favor haga clic aquí

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