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Documental ‘Macho: The Hector Camacho Story’ exhibe los demonios que enfrentó el ídolo del boxeo boricua

Héctor Camacho
Héctor Camacho fue tres veces campeón del mundo en tres diferentes divisiones.
(Cortesía de SHOWTIME)

“Macho: The Hector Camacho Story” se estrena este viernes, 4 de diciembre, a las 9 p.m. por Showtime

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Frescos de la muerte de Diego Maradona, el ídolo del balompié que batalló con los demonios de las drogas durante gran parte de su vida, esta semana se estrena un documental que también exhibe las fuerzas del vicio que afectaron al tres veces campeón del mundo en tres divisiones, Héctor “Macho” Camacho.

“Macho: The Hector Camacho Story”, que se estrena este viernes, 4 de diciembre, a las 9 p.m. por Showtime, relata los inicios inquietos de Camacho, en la pobreza de un barrio netamente latino, pero con un talento impresionante que lo llevó a tener un récord amateur de 96-4.

Con entrevistas a las personas más cercanas al fallecido boxeador boricua, como su mamá María y sus hermanas, así como declaraciones de archivo del “Macho”, el documental cuenta cómo lo llevaron a seis psiquiatras cuando era niño, “pero ninguno le encontró nada”. También, sus hermanas describieron cómo el boxeador creció en una familia disfuncional y de violencia doméstica.

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Además, el film revive el extraño caso de su muerte, un doble homicidio callejero en 2012 que aún no se ha resuelto en su natal Bayamón.

María Matías
María Matías, madre de Héctor Camacho, durante una entrevista en el documental.
(Cortesía de Showtime)

“Macho” es dirigido y producido por Eric Drath (“Assault in The Ring”, “30 for 30”), ganador de un Emmy. Drath también dirigió “No más”, el cual se produjo entorno a la legendaria pelea de 1980 entre Sugar Ray Leonard y Roberto Durán.

Camacho era un hombre muy genuino y talentoso, pero también caótico, debido a las drogas. Lo impactante en el film, es que demuestra cómo Camacho comenzó a pelear contra las drogas desde muy temprano en su carrera, mucho antes de alcanzar su plenitud boxística.

En su duelo de 1983 ante John Montés en Anchorage, Alaska, cuando el boricua comenzaba a destacar en el profesionalismo a los 21 años, la noche antes de la pelea, los manejadores de Camacho llamaron a los promotores para comunicarles que Héctor quería arrojarse por la ventana, afectado por una alta dosis de drogas. De alguna manera se recuperó y al día siguiente ganó por nocaut en el primer asalto.

Desde ese entonces, los hombres de negocios del pugilismo se dieron cuenta que tenían a un hombre muy talentoso, pero también muy vulnerable al vicio.

Un momento conmovedor fue cuando a sus 23 años Camacho enfrentó en 1985 a Louie Burke y a pesar de haber ganado, se echó a llorar después del pleito. Durante la entrevista arriba del ring, Camacho confesó que “necesitaba amigos”, sollozando como un niño en los hombros del entrevistador.

Héctor Camacho puso en el mapa boxístico mundial a su barrio de Spanish Harlem, Nueva York.
Héctor Camacho puso en el mapa boxístico mundial a su barrio de Spanish Harlem, Nueva York.
(Cortesía Showtime)

Su exesposa Amy y su hijo Héctor Jr. relatan también los últimos años en la vida de Camacho, en las que el orgullo de Spanish Harlem recayó aún más hondo en las drogas.

Su amigo de infancia y guardaespaldas Rudy González también tuvo anécdotas cómicas, pero que confirman el nivel de adicción del boricua.

En un incidente, González relata cómo manejaron por Texas en una ocasión y le cedió el volante al pugilista para descansar. Entonces Camacho se dirigió a México, para ir a un club nocturno. Sin embargo, resultaría una mala idea debido a que el boxeador tenía un kilo de cocaína en la cajuela.

Al llegar a la frontera, Camacho se dio cuenta que estaba en un grave problema pero decidió salir de su Jaguar y retar a Julio César Chávez, para tratar de desviar la atención de los oficiales. Los agentes de la frontera le pidieron autógrafos, y cuando un perro policía detectó algo en el auto, el oficial le dio una bofetada al perro y le dijo: “Detente. No ves que es Camacho”.

Muertos de miedo, regresaron a Estados Unidos, sin que los policías los detuvieran por la droga. Durante el camino, Camacho le dijo a González que había encontrado a Jesús y que iba a enterrar la droga.

Entonces se fueron a dormir a un hotel, pero cuando González despertó, no encontró a Camacho. El pugilista había regresado en busca de la droga pero no recordaba dónde lo había enterrado. Después de algunas horas, regresó al hotel para preguntarle a González si se acordaba dónde había enterrado la cocaína.

Aaron Cohen, ganador de 16 premios Emmy, sirvió como escritor y productor consultor del film. Danielle Naassana fue productora.

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