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Popular programa de préstamos de alivio por coronavirus para pequeñas empresas expira con miles de millones sin solicitar

Treasury Secretary Steven Mnuchin testifies at a House Financial Services Committee hearing on the COVID-19 response.
El secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, testificó el martes en una audiencia del Comité de Servicios Financieros de la Cámara sobre la respuesta al coronavirus.
(AP)
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Cerca de $135 mil millones proporcionados por el Congreso para ayudar a las pequeñas empresas que luchan por sobrevivir a la pandemia de COVID-19 se dejaron sobre la mesa el martes cuando el Programa de Protección de Cheques dejó de aceptar nuevas solicitudes.

El programa fue tan popular después de que el Congreso lo creó en marzo que se quedó sin sus $349 mil millones iniciales en menos de dos semanas y tuvo que reponerse.

Pero la segunda ronda de préstamos de nómina perdonables de $310 mil millones no se movió tan rápido después de que algunas grandes empresas se enfrentaron a críticas públicas y del presidente Trump por presuntamente abusar del programa, y otras se asustaron por las vagas y cambiantes reglas del programa, temiendo que los dejaran caer en la trampa por préstamos que no podían pagar.

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La mayor parte del total de $519 mil millones prestados por PPP fue requerido antes del 8 de mayo. En ese momento, se emitieron un total de más de 4.1 millones de préstamos por un valor de $431 mil millones. Después de eso, la demanda cayó bruscamente con sólo 590.667 de nuevos préstamos por un valor combinado de $88 mil millones.

Algunas pequeñas empresas se quejaron de que las reglas eran onerosas y confusas.

Hay “una cierta cantidad de pequeñas empresas que están buscando otras opciones porque simplemente no quieren lidiar con el dolor de cabeza”, dijo Molly Day, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Pequeñas Empresas.

La Ley CARES, aprobada por el Congreso en marzo, requería que las compañías usaran el dinero del préstamo PPP dentro de las ocho semanas, con un plazo de gasto al 30 de junio. El 3 de junio, el Congreso extendió ese plazo a 24 semanas.

La ley también exigía originalmente que las empresas gastaran el 75% del dinero de su préstamo en la nómina para calificar en la condonación del préstamo. El Congreso redujo el requisito de nómina al 60%.

Otro obstáculo para muchos negocios sin relaciones bancarias fue la dependencia del programa de prestamistas comerciales para distribuir los fondos. Para obtener el dinero rápidamente, la Administración de Pequeñas Empresas basó el programa de préstamos PPP en su programa de préstamos ya existente, que tradicionalmente es aprovechado por compañías con 50 a 100 empleados.

Eso “inherentemente bloqueó a las personas que no se han comprometido con un prestamista ni con la SBA”, dijo Katie Vlietstra, vicepresidenta de la Asociación Nacional para los Empleados Independientes. “Supimos de inmediato que esto iba a ser un desastre”.

Las reglas que requieren que gran parte del dinero se destine a los cheques de pago también excluyeron a aquellas empresas con pocos empleados pero con grandes gastos generales para cosas como el alquiler o los suministros, expuso.

Otros pueden haberse asustado por el potencial de mala prensa o investigadores del gobierno. Después de la reacción pública a las noticias de que algunas compañías grandes y bien financiadas que cotizan en bolsa habían recibido préstamos por valor de decenas de millones de dólares, el Departamento del Tesoro advirtió a las empresas que no lo merecían devolver el dinero o enfrentar sanciones penales.

La preocupación creció acerca de cuán agresivamente el gobierno federal podría presentar cargos penales contra compañías que certificaron en su solicitud de préstamo que enfrentaban una caída en los ingresos debido al coronavirus, pero que no pueden probarlo, dijo el abogado Nick Oberheiden, quien se especializa en representar a empresas e individuos bajo investigación federal

“Los rumores se extendieron rápidamente de que es peligroso, o podría ser un riesgo, solicitar el programa PPP”, señaló Oberheiden.

Las reglas para los préstamos cambiaron semanalmente o diariamente en algunos casos, dijo. Todavía hay confusión acerca de si el propietario del negocio es personalmente responsable de pagar el préstamo si este cierra. Y al final, algunas empresas decidieron que la ayuda no valía la responsabilidad potencial, apuntó.

El Congreso y la administración ya están discutiendo qué hacer con los $135 mil millones restantes en la cuenta. El senador Marco Rubio (R-Fla.), presidente del Comité Senatorial de Pequeños Negocios y Emprendimiento, comentó que le gustaría ver que esté disponible para otra ronda de préstamos.

Rubio dijo que el hecho de que quedara dinero en el PPP muestra que es hora de cambiar el programa para que ayude a otras empresas.

“Hay pruebas contundentes de que el programa ha sido utilizado plenamente por todos y concluyó que los beneficiaría”, manifestó Rubio.

“Obviamente, tendremos que estar más orientados a las empresas verdaderamente pequeñas. Y además de eso, también estoy desarrollando un programa para proporcionar financiamiento para negocios en comunidades desatendidas o zonas de oportunidad y otros códigos postales que entrarían en esa categoría... porque me preocupa que muchas compañías minoritarias, particularmente las de propietarios negros que ya están luchando para comenzar, tengan acceso al capital”.

El secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, dijo el martes al Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes que parece haber un apoyo bipartidista en el Senado para reutilizar los fondos restantes del PPP, con la esperanza de ver una legislación para fines de julio. Las discusiones incluyen extender los préstamos a las empresas más afectadas y en industrias que aún luchan, como los restaurantes, expuso.

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Pero la congresista Nydia Velázquez (D-N.Y.), que preside el Comité de Pequeñas Empresas de la Cámara de Representantes, dijo que el Congreso no puede discutir la extensión del programa o la reutilización del dinero a menos que tenga acceso a datos sobre qué negocios obtuvieron préstamos.

“Necesitamos saber si el programa funcionó según lo previsto por el Congreso”, manifestó. “Sabemos que 4 millones de empresas accedieron al programa, pero ¿qué pasa con los millones de compañías propiedad de minorías y mujeres que no pudieron acceder al programa?”

Velázquez dijo que hablar sobre permitir que las empresas soliciten un segundo préstamo podría ser prematuro.

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“Nadie debería obtener un segundo préstamo a menos que sepamos que la mayoría de las empresas que pasan por dificultades tienen la oportunidad de obtener un préstamo”, comentó.

El Congreso y la administración han discutido durante semanas sobre qué información sobre los beneficiarios de préstamos debería hacerse pública, y Mnuchin inicialmente dijo que incluso los nombres de las compañías eran “exclusivos” y que no podían ser proporcionados al Congreso. Mnuchin consideró el martes que algunos datos de los destinatarios deberían ser entregados al Congreso antes de fin de semana.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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