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Opinión: La Cuarta Transformación y el EZLN, dos trenes a punto de chocar

Organizadoras enmascaradas del Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, se paran a la entrada de una tienda donde se reciben donaciones, durante el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, organizado por las mujeres del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en el Caracol de Morelia, municipio de Altamirano, estado de Chiapas, México, el domingo 29 de diciembre de 2019.
(Isabel Mateos/AP)

Antes de descalificar, ya sea al EZLN, ya sea a AMLO y la 4T, analicemos cuáles son las variables reales en juego

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La mayoría de las veces, por no decir todas, las confrontaciones ideológicas, tan sesudas, responsables y comprometidas, no son más que diálogos de sordos. Es una fatalidad que acompaña a la certeza, eso de sentirse completamente seguro de la razón -o conveniencia- de lo que cada quien cree claramente contundente. Los argumentos del otro, del “contrario”, ya de antemano son errados, mal intencionados; además de casi siempre tontos, y más aún, estúpidos. Y entonces es imprescindible insultar. Insultar, como un signo de dignidad, valentía y sinceridad.

Bueno, al menos de parte del EZLN es así. En el caso de AMLO, la conducta ha sido diferente y totalmente predecible. La sabiduría en este caso es el vacío. La pared de niebla donde se diluyen los disparos. Esa estrategia existencial de no ceder la energía propia a los cauces retadores de energías opositoras, siempre le ha dado buen resultado.

Es obvio que en el caso especial, que lo es, del EZLN, López Obrador va a jugar lo más fino de su repertorio. Para comenzar, en estos últimos días, ha declarado directamente que el gobierno de la cuarta transformación no considera “enemigos” a los zapatistas. Y también es obvio que el EZLN ya lo previó y ya se indignó más por el “grosero” intento de manipularlos, a ellos, que son los ‘inmanipulados’ más brillantes del planeta…

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Y el escenario donde este desencuentro se desarrolla es una sociedad echada a perder por los medios, por la sencilla y contundente razón de que los medios siempre han pertenecido al capital privado (que es el término pagano actual para decir sagrado). Una sociedad que escupe y patea como si esa fuera la forma natural de convivir del ser humano; que todo se lo cree y que es cruel para castigar al que considera culpable.

El corazón de esta conciencia social mal formada, es penoso decirlo, pero es la clase media, que se define rápido por los cinco títulos nobiliarios del siglo xx: casa, trabajo, carro, educación y vacaciones.

Los que viven en esa dimensión de la realidad son totalmente ciegos a un doble terrible y conectado hecho: el sistema que les ha permitido el desarrollo de sus bienestares, justa o injustamente ganados, se sostiene en injusticias y atrocidades incontables vistas como normales; y los cientos de millones de pobres son víctimas innegables, por más molestas que sean, de ese mismo sistema.

Este es el público que asiste a la pelea anunciada. Dos grandes enemigos de la estabilidad perdida, resulta que ahora se enfrentan entre sí. Y vienen los descalificativos por todos lados y a hacia todas las partes.

Antes de descalificar, ya sea al EZLN, ya sea a AMLO y la 4T, analicemos cuáles son las variables reales en juego, y reflexionemos con mayor conocimiento qué peso histórico específico están jugando ambos movimientos. Por lo pronto, es importante partir del hecho de que los dos son únicos a nivel mundial en este momento. No se pueden menospreciar por el pecado de la ignorancia casera que caracteriza a la clase media. Veamos.

Los protagonistas de la historia

El EZLN sigue siendo la primera revolución armada cuyo campo de batalla es el ciberespacio y donde se mantiene invicta. Más aún; es la primera revolución de la imaginación total. Intervienen en ella desde la fantasía hasta la filosofía aplicada; desde la fábula, el mito y el cuento, hasta el ensayo, la tesis y la reflexión académica y comunitaria de base, que actúan de conjunto en su bizarra metodología.

Es decir, un fascinante experimento antropológico humanístico que conecta la justicia a la imaginación creadora; y a ellas dos, con una mutación del concepto y función social del poder y la autoridad.

Este espectáculo se ha vuelto uno de los escenarios mundiales más atractivos de atender, apoyar y promover entre los sectores vanguardistas de la humanidad.

Es decir, que los clasemedieros que los insultan, o los izquierdistas que los denuncian en realidad no tienen idea de la importancia y trascendencia que tiene, para la historia actual, la épica zapatista del sur de México.

El EZLN sigue siendo la primera revolución armada cuyo campo de batalla es el ciberespacio y donde se mantiene invicta.
(ISAAC GUZMAN/AFP via Getty Images)

Y en absoluto paralelismo, tenemos también el movimiento cívico más exitoso del planeta en el inicio del 2020. Una sociedad, la mexicana, que logró aglutinar su fuerza de conciencia gracias a uno de los catalizadores más interesantes que nos ha dado el cambio de siglo del XX al XXI: un activista social y un político opositor férreo al neoliberalismo: Andrés Manuel López Obrador.

Invalidado de antemano como un “populista” más, después de un año de gobierno, ya se encuentra en el centro de la atención mundial por los resultados sorprendentes que ha ido alcanzando. En medio de un coro de desastres anunciados por sus opositores, todas sus propuestas e iniciativas van caminando, generando más esperanzas que desilusiones.

Pero la ignorancia más escandalosa que tiene la sociedad mexicana es con respecto a quiénes sean realmente los integrantes indígenas y mestizos, citadinos y rurales que integran el EZLN. Y más aún, qué es lo que han logrado en 26 años de lucha, y quizá sobre todo, cuáles son los verdaderos propósitos e intereses que los mueven.

A un nivel de superficialidad grosera, se invalida con gran desprecio al EZLN como una creación aberrante del salinismo y como un movimiento patrocinado por el mismísimo PRI para sabotear los genuinos movimientos de cambio, como en este caso, los de la 4T.

No se podrá hacer un juicio objetivo sobre el EZLN sin conocer los tres volúmenes del libro “insurgente” El Pensamiento Crítico Frente a la Hidra Capitalista I, II, III, ya que en ellos se resume la trayectoria del movimiento en 25 años; sus frutos, dentro de los cuales se destacan todas las variables en juego, como son los ataques y traiciones; los errores y soluciones buscadas; los trabajos teórico prácticos emprendidos; las capacitaciones estructuradas para enfrentar los problemas logísticos de defensa, producción de alimentos, sistema educativo y médico; los contactos, interacción y expansión a nivel planetario con movimientos similares y simpatizantes; el bagaje de reflexión científica sobre la totalidad del movimiento.

Porque no podemos pasar por alto la reacción que ha suscitado el EZLN en el doble ámbito de la Academia y el mundo cultural en general.

En estos volúmenes que mencionamos, editados, por otra parte, con un alto nivel de calidad profesional, podemos constatar el involucramiento vital de la intelectualidad mexicana e internacional en analizar y valorar esta nueva lucha diferente por rescatar la justicia de las manos del pragmatismo mortal de las minorías que poseen los capitales que mueven el mundo.

Ahí destacan los nombres de Juan Villoro, Adolfo Gilly, Pablo González Casanova, y quizá sobre todo, el del ilustre maestro Luis Villoro Toranzo, padre del escritor.

Los cuatro participan de forma decidida en apoyar e impulsar al EZLN; y defienden su postura con todo el peso de sus currículums ganados a pulso de inteligencia, compromiso y honestidad. Son pensamientos que no se pueden ignorar o subvalorar; al contrario, son textos que deben leerse con atención.

Juan Villoro aporta de entrada, todo el prestigio de la alta cultura mexicana y el libre y creativo uso de la imaginación literaria para describir la situación desde perspectivas amplias y variadas culturalmente hablando, donde la ciencia se entrelaza con el arte, y estos dos con la poesía. Los paladines intelectuales del EZLN saben muy bien lo que ven y pueden defender mejor aún sus análisis y propuestas:

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“El arte suele diagnosticar enfermedades todavía futuras. La ensayista argentina Graciela Speranza ha relacionado la noción de Antropoceno [era geológica que se define como tal (“antropo”), al caracterizar el impacto que el humano causa sobre la Tierra] con una pintura de 1938, ‘La duración apuñalada´ , de René Magritte. (…) En este caso vemos un salón burgués, con una chimenea y un espejo. Sobre el borde de la chimenea, descansa un reloj, símbolo del tiempo.

Lo insólito ocurre un poco más abajo: de la cavidad reservada al fuego, emerge una locomotora. El ferrocarril, emblema de la Revolución Industrial, irrumpe en el confort de ese respetable salón. (…) ¿A dónde va esa máquina? El título del cuadro es una profecía: la época se ha desgajado, el progreso representa ya una insensatez, la flecha del tiempo ha perdido el rumbo.

“Ese ámbito es hoy ‘la hidra del capitalismo’ el delirante imperio del consumo, corporaciones que dominan a los gobiernos, piratería multinacional, ecocidio, guerras que expulsan a naciones enteras de sus territorios, corrupción y desigualdad. Un mundo sin otra regulación que la usura…” (El Pensamiento Crítico Frente a la Hidra Capitalista. V. II. P. 17).

¿Qué nos revela esta mirada bien informada? Que el EZLN no lucha contra programas políticos, sino contra la totalidad de un sistema y contra la concepción de una época. Por eso, Villoro llega a afirmar: “Acaso la principal hazaña del zapatismo consiste en concebir otro tiempo, una época distinta que da vía libre al futuro…” (Op.cit. p. 21).

Desde el rigor de su disciplina sociológica, Adolfo Guilly describe una sociedad planetaria totalmente encaminada hacia la autodestrucción. Una realidad frente a la cual la única reacción coherente es la denuncia, el rechazo, la autodefensa y la construcción de opciones comunitarias humanistas. Para clarificar su denuncia, cita a Aimé Césaire, en su ‘Discurso sobre el colonialismo’:

“Una civilización que se demuestra incapaz de resolver los problemas que suscita su funcionamiento es una civilización decadente.

Una civilización que opta por cerrar los ojos ante sus más cruciales problemas es una civilización herida.

Una civilización que hace trampa con sus principios es una civilización moribunda. (…)

Habría que estudiar cómo la colonización opera para descivilizar al colonizador, para embrutecerlo en el sentido literal de la palabra, para degradarlo, para despertar sus ocultos instintos a la codicia, a la violencia, al odio racial, al relativismo moral (…)

“Colonización: cabeza de puente en una civilización de la barbarie de donde, en cualquier momento, puede brotar la negación pura y simple de la civilización”. (Op. cit. p. 31)

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Por su parte, don Pablo González Casanova, de entrada con el título de su participación, establece toda una plataforma de apoyo al movimiento del EZLN: “Crisis terminal del capitalismo o crisis terminal de la humanidad”. Y su discurso así lo desarrolla:

“Estoy seguro que ningún mensaje es más urgente y necesario que plantear la preservación de la vida en la Tierra, la emancipación del ser humano, y la organización local, regional y global de colectividades y colectivos de jóvenes, de pueblos, de trabajadores, de campesinos, de profesionales, que honren su palabra, articulen su voluntad y materialicen su experiencia, dominen su información, y su forma de dialogar y acordar con serenidad y firmeza para defender efectivamente la libertad y la vida…”(Op.cit. p. 287).

Todos estos pensadores de formación tan diferente, comparten una visión común: el sistema depredador está muriendo; y en su muerte, acelera la destrucción de las naciones y de la naturaleza.

Como lo dirá don Luis Villoro Toranzo, la Escuela Zapatista es válida y necesaria para mostrar el camino posible de la “resistencia exhortativa”. Y desde luego, el propio subcomandante Galeano –antes Marcos-, redondea a su manera estos fundamentos, los mezcla con sus propios procesos de pensamiento lúdico científico literario y los consagra como la visión zapatista.

El triunfo de Andrés Manuel López Obrador es una de las epopeyas sociopolíticas más importantes en la historia de la sociedad occidental, que ha vivido la esclavitud, el colonialismo, las guerras de independencia y las revoluciones.
(RODRIGO ARANGUA/AFP/Getty Images)

Conclusión: el sub Galeano sabe perfectamente que el rol que le ha tocado en la generación de este movimiento está en atención a nivel mundial. Si la clase media mexicana se burla de él llamándole “cara de trapo” y arma teorías insostenibles de complicidad con Salinas, él sabe que en Europa, Asia y América saben quién es él, y lo respetan.

Para una personalidad “predestinada” a algún tipo de consagración total, el saber que lo que ha construido con libertad, imaginación, humor, ciencia, arte, literatura y valor militante, logró la sobrevivencia frente al gobierno mexicano y establecer reconocimiento y diálogo con el mundo, nada puede ser más determinante y satisfactorio que mantener la oposición más radical conocida a la sociedad mundial capitalista. Él no se siente débil, ni irracional, frente al reclamo de su insensatez con respecto al progreso con justicia que propone la cuarta transformación.

Y este es el punto donde nos encontramos en este momento los mexicanos. Hemos sido testigos de dos procesos que han evolucionado de forma paralela a lo largo de tres décadas, a partir de los 90´s, hasta nuestros días. Los dos movimientos han sido descalificados por sus adversarios desde el inicio.

A Andrés Manuel López Obrador, por ser un agitador, un irresponsable, un hipócrita… (En este momento recuerdo a un “importante” gerente de industria ya jubilado, que en su plática afirmó tranquilamente que a él le constaba que AMLO había asesinado a un opositor a sus planes… No aclaró si lo mandó matar o si él mismo lo había hecho; y no le pregunté porque me dio asco su personalidad). Sin embargo, ese agitador irresponsable, venció a todos los que estaban en su contra.

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No fue fácil y mucho menos, rápido. Todos lo vivimos. Este triunfo es una de las epopeyas sociopolíticas más importantes en la historia de la sociedad occidental, que ha vivido la esclavitud, el colonialismo, las guerras de independencia y las revoluciones, la explotación de naciones y naturaleza, y el imperio de la violencia como moneda de cambio imprescindible.

Su importancia se ilumina al situarla en este marco histórico referencial. Es una transformación radical en dos sentidos: está generada y sostenida por una conciencia colectiva general sin precedentes conocidos, ni en México ni en el Mundo. Y segundo y no menos definitivo, se está llevando a cabo pacíficamente, en cuanto al orden establecido de los funcionamientos normales de una sociedad civilizada.

Hay una guerra violenta interna en curso que representa uno de los retos más difíciles de enfrentar y resolver para el gobierno de la 4T; pero que hasta el momento se mantiene un tanto a la expectativa. Este caudal de fundamentación y validación crecientes, hacen que la propuesta clave de AMLO, el Tren Maya, tenga que ser respetada por todo el mundo. Claro, menos por el EZLN y los que comulgan con su postura “Arca de Noé” frente a la Tormenta que viene.

¿Qué podemos esperar los mexicanos de este desencuentro creciente que pesa sobre nuestras esperanzas de que en verdad México entre en una ruta, si no perfecta, si al menos de mejor administración y distribución de las riquezas, hacia la consolidación de un estado de bienestar posible?

Porque lo que vemos en los anuncios espectaculares de los medios de información, es que, efectivamente como dicen los zapatistas, avanzamos hacia una tormenta, que si todavía no estalla sobre nosotros, ellos mismos serán los primeros vientos en nuestro México.

Quizá lo que está pronto a suceder en términos de manifestaciones en la misma Ciudad de México por parte de un EZLN, que no sólo se arroja literalmente en medio del foso de los leones (reafirmando de paso una vez más que el Sub sigue siendo aquel, o “ya regresó otra vez el que estaba ausente”), sino que acepta mezclarse con toda clase de impuros, contribuya a clarificar este pequeño remolino.

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Y decimos “pequeño” porque consideramos que en esa fecha de febrero que el EZLN y los impuros esperan mostrarse fuertes, se verán débiles y disminuidos frente a una abrumadora mayoría, no dictatorial, sino ciudadana, que apoya la visión AMLO del presente y del porvenir.

Y si nos preguntamos ¿cuál es esa visión? Esa visión que al interior la oposición ve y muestra como un desastre total, es no sólo, en mi modesta consideración, sino en la atención de analistas internacionales (de los cuales nuestro brillante Dr. Jalife es una buena muestra), intelectuales, académicos, geopolíticos que saben muy bien cómo corre el agua, lo están manifestando: AMLO es un fenómeno político sin precedentes y con un horizonte impredeciblemente abierto frente a él; contando para todo esto con el apoyo histórico, por lo amplio y por lo nunca visto, de una sociedad joven que ha despertado.

"El EZLN podrá enfrentar a la Hidra Capitalista, pero no está preparado para vencer a un ejército de ciudadanos".
(ISAAC GUZMAN/AFP via Getty Images)

Así se podría sintetizar poéticamente lo que tratamos de señalar: una etapa nueva ya se está viviendo; la etapa de un despertar colectivo hacia el control de su propio destino; por encima de las bagatelas y tonterías con que los partidos y grupos de poder se tirotean.

Nada puede ya ser superior a un País que ha despertado. Y camina. El EZLN podrá enfrentar a la Hidra Capitalista, pero no está preparado para vencer a un ejército de ciudadanos. Sin embargo, la conclusión más importante, desde mi punto de vista, no se concreta en suponer este u otro final al conflicto.

Me parece más interesante considerar que en los dos movimientos hay una energía auténtica de búsqueda de conciencia, como para no descartar que por la hermosa ley general de la coalescencia que destaca Teilhard de Chardin en la evolución del Cosmos, estos dos movimientos mexicanos, de una forma que en este momento es inconcebible, deslumbren al mundo con una fusión que aporte nuevas esperanzas a la evolución de la sociedad.

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