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Una industria del reciclaje en apuros se enfrenta a una nueva crisis con el coronavirus

Burbank Recycling Center in 2019.
Centro de reciclaje de Burbank en 2019.
(Times Community News)
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Incluso antes de que el coronavirus llegara a las costas de EE.UU, los recicladores de California se tambaleaban por el colapso de los mercados mundiales de plásticos usados y otros materiales de desecho, una situación que desvió el contenido de muchos contenedores de reciclaje azules a los vertederos locales.

Pero ahora, a medida que el COVID-19 continúa causando estragos en todos los aspectos de la economía, la situación se ha vuelto aún más grave para la industria de reciclaje de California.

Incluso mientras los hospitales y los funcionarios de salud luchan por hacer frente a un nuevo aumento de las infecciones, la pandemia ya ha alterado significativamente el flujo de desechos, reduciendo las ganancias de muchos recicladores.

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Los brotes y las preocupaciones financieras han obligado al cierre de muchos centros de canje, mientras que los que permanecen abiertos se han visto inundados de clientes. Y, en un desarrollo que los defensores del reciclaje encuentran particularmente angustiante, los fabricantes están recurriendo cada vez más a plásticos no reciclados más baratos.

“Esta es la historia de terror que viene”, dijo Kreigh Hampel, coordinadora de reciclaje en Burbank Recycling Center. “El uso del plástico va a aumentar y, con COVID, es la tormenta perfecta”.

Ante esta nueva crisis, los recicladores deben adaptarse a la paradoja de la vida pandémica. Si bien el mayor uso de envases para equipos de protección personal desechables, comida para llevar y equipo médico llevaría a muchos a creer que más materiales reciclables han entrado en el flujo de desechos, el cierre de negocios y la vida en el hogar han llevado a los californianos a producir menos desechos en general.

L.A. Sanitation, que supervisa el programa de reciclaje de la ciudad, ha visto un aumento de los desechos residenciales entre un 15% y un 20% y una disminución de los desechos comerciales de aproximadamente un 15%, según el director Enrique Zaldívar. Junto con ese cambio vienen algunos impactos económicos importantes.

La recogida de residuos comerciales suele ser más rentable para los recicladores, ya que las empresas acostumbran pagar por volumen de material.

“Para cualquier negocio, un cliente menos siempre tiene un impacto negativo”, dijo Zaldívar. En Los Ángeles, “alrededor de 5.000 negocios ya no tienen servicio de recolección de residuos o lo han descontinuado temporalmente, ojalá no permanentemente”.

Por el contrario, los residuos residenciales funcionan con una tarifa fija, por lo que incluso cuando los transportistas están recogiendo más cosas, no están recibiendo más dinero. Sin embargo, es probable que estas tarifas aumenten en el futuro.

Más desechos residenciales también han resaltado la necesidad de una educación pública renovada sobre el reciclaje.

“Les estamos diciendo: tienes un contenedor azul. Todo lo que debes hacer es tirar estas cosas que se reciclan en el recipiente azul y con eso habrás hecho tu parte”, dijo la asambleísta Laura Friedman en una audiencia de la Asamblea estatal el mes pasado. “Así que esta es la ficción que ha sido creada por la industria y por nosotros. Y el resultado son montañas de plástico que llenan nuestros vertederos”.

Un estudio reciente mostró que más de 1 millón de toneladas de basura plástica de EE.UU se extravía cada año.

Incluso cuando algo se aprueba como “reciclado”, puede que no sea de la forma que esperamos. Cuando se exporta material desde California, se cuenta como “reciclado”, aunque “no hay forma de rastrear cuando exportamos esos materiales si realmente se reciclan en esos países”, dijo Zoe Heller, subdirectora de desarrollo de políticas para CalRecycle en una audiencia de la Asamblea estatal el mes pasado. Históricamente, los materiales exportados representan alrededor de un tercio de los residuos reciclables de California.

Ese número ha estado disminuyendo desde 2017, cuando China redujo drásticamente su mercado global para las importaciones de ciertos materiales de desecho y plásticos.

Desde el punto de vista ambiental, la disminución de las exportaciones es “algo bueno”, según Heller. Crea más responsabilidad para el punto final de los desechos generados en Estados Unidos.

Pero económicamente, la pérdida de China y los países del sudeste asiático como vías de exportación presenta grandes desafíos, especialmente para el papel mixto y el plástico mixto, dos materiales que no tienen mercados nacionales sólidos.

El Convenio de Basilea, un tratado global de 1989 destinado a regular la eliminación y exportación de desechos, agregará plásticos mixtos a su alcance de material regulado a principios de 2021. Esto limitará aún más la capacidad de EE.UU para exportar plásticos mixtos, especialmente porque es uno de los pocos países que no han ratificado el tratado.

Mientras tanto, las instalaciones de reciclaje en todo el estado están trabajando para administrar esos materiales. Las grandes empresas de gestión de residuos no corren peligro de cerrarse; los que tienen mayor riesgo económico son las instalaciones pequeñas.

Durante la pandemia, solo cinco de las 17 instalaciones que aceptan materiales reciclables en Los Ángeles han estado en pleno funcionamiento, según el subdirector de saneamiento de Los Ángeles, Alex Helou.

Antes de que estuviera claro que las superficies tenían menos probabilidades de transmitir el virus, se depositaron miles de toneladas de materiales reciclables en los vertederos por temor a que pudieran ser infecciosos y exponer al personal.

En junio, el gobernador Gavin Newsom emitió una orden ejecutiva que levantó temporalmente la prohibición estatal de las bolsas de plástico de un solo uso. También permitió que los centros de reciclaje estuvieran abiertos por menos horas de las previamente establecidas y que cerraran el canje de envases de bebidas en la tienda para proteger a los miembros del personal.

Aún así, muchas instalaciones han luchado por detener la propagación de la infección entre los trabajadores. La gestión de residuos es un servicio esencial y, en el caso de las instalaciones con centros abiertos al público, el personal interactúa a diario con cientos de personas.

La L.A. Sanitation ha tenido más de 100 casos positivos entre su personal.

En el Norte de California, se ha formado un cuello de botella por la gran cantidad de instalaciones cerradas, lo que ejerce presión sobre las que permanecen abiertas.

COVID-19 es “la mayor amenaza a la vida en Los Ángeles a la que nos hemos enfrentado nunca”, dice Garcetti.

Dic. 7, 2020

Tri-CED Recycling de Union City, el centro de reciclaje sin fines de lucro más grande de California, ha logrado mantenerse abierto, pero ha tenido que adaptarse para dar cabida a más del doble de clientes. Antes de la pandemia, tenían un promedio de entre 150 y 185 clientes por día. Ahora promedian entre 350 y 385.

Las filas son largas: los automóviles dan la vuelta a la manzana mientras los clientes esperan entre 45 y 75 minutos para canjear el reciclaje.

El centro compra y proporciona mascarillas a todos los clientes, e incluso ha comenzado a operar dos baños portátiles para quienes esperan en la fila.

Richard Valle, presidente de Tri-CED Recycling, dice que las otras instalaciones cercanas a él cerraron oficialmente sus puertas debido al coronavirus, pero permanecen cerradas porque “simplemente no es rentable administrar centros de redención” con la realidad actual de la economía del reciclaje.

El costo financiero ha aumentado con los años. En 2012, el programa de reciclaje de Burbank “solía ganar alrededor de $50.000 al mes”, dijo Hampel. Ahora, con el bajo valor de los materiales reciclables, están “pagando un aproximado de $50.000 al mes” para deshacerse del material.

Todos estos factores también han contribuido a otra preocupación económica: los costos decrecientes del plástico PET virgen (o de nueva creación). El plástico PET es lo que hay en cosas como botellas de agua desechables, envases de alimentos y botellas de champú.

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Dic. 7, 2020

Actualmente es más barato para los fabricantes utilizar plástico PET virgen en lugar de material reciclado. La brecha entre los dos ha crecido significativamente durante la pandemia.

El plástico reciclado se está volviendo más costoso de fabricar debido al distanciamiento social que ralentiza la productividad de las instalaciones, el cierre de los mercados internacionales y las mayores tasas de contaminación.

“Las marcas vuelven a utilizar material virgen porque, por lo general, siempre será más barato”, dijo Pete Keller, vicepresidente de reciclaje y sostenibilidad de Republic Services.

El plástico PET virgen está hecho, en parte, de petróleo y, con mayor frecuencia en América del Norte, de gas natural. Este abril, el petróleo cayó a un precio de negociación récord de $0, un colapso que refleja el exceso de oferta del mercado petrolero de EE.UU, que se ha exasperado por la pandemia y ha hecho que el plástico virgen sea aún más barato.

Antes de la pandemia, los costos del plástico PET ya estaban cayendo, con un precio de chatarra récord de 130 dólares por tonelada en octubre pasado. Este agosto, fue de $56 por tonelada.

“Pensamos, ‘Oh, Dios mío, este es el fondo, nunca ha estado tan bajo’, y ahora es la mitad de esa cantidad”, enfatizó Murray. “Es un shock financiero para el sistema”.

Enfrentando la reacción de los padres, el estado de California invierte las reglas de COVID-19 y dice que los parques pueden permanecer abiertos.

Dic. 9, 2020

Este año, California aprobó la primera ley de la nación que requiere contenido reciclado en botellas de plástico en un intento por mantener el plástico reciclado en funcionamiento. La AB 793 requiere que todas las botellas de plástico cubiertas por el programa de canje de contenedores del estado tengan un contenido promedio de plástico reciclado del 15% para 2022 y del 50% para 2030.

En el futuro, los californianos pueden esperar que su programa de reciclaje continúe, quizá a un costo personal mayor.

Para encontrar una base más sólida, la industria está buscando mandatos gubernamentales como la AB 793 y una mayor educación y apoyo público. Muchos líderes de la industria instan a EE.UU a unirse al Convenio de Basilea con la esperanza de que aumente las posibilidades de comercio internacional en el futuro.

Mientras tanto, se están preparando para la próxima ronda de cierres de empresas. La pandemia continúa aumentando más que nunca, y el número de casos diarios de California se triplicó en el mes de noviembre.

Por ahora, lo tomarán día a día.

“Es el espíritu de los angelinos. Y nosotros los californianos sabemos que habrá un día mejor. Es solo que esperamos que no tome mucho más tiempo”, dijo Zaldívar.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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