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Tasas de infección por coronavirus en algunas partes de las cárceles del condado de Los Ángeles son del 40% o más

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A medida que se realizan pruebas exhaustivas por el nuevo coronavirus en el vasto sistema carcelario del condado de Los Ángeles, surgen altas tasas de infección, con casi el 60% de un grupo de reclusos dando positivo.

Entre los 600 internos del Centro Correccional de North County en Castaic que no tenían síntomas y vivían en la población general, el 40% dio positivo, lo que indica que la inmunidad colectiva “está comenzando a tener efecto”, dijo el sheriff Alex Villanueva en una conferencia de prensa.

En la Cárcel Central de los Hombres, casi el 60% en un dormitorio de 67 reclusos asintomáticos dieron positivo por el coronavirus, según el Inspector General Max Huntsman, un supervisor independiente del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles.

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Pero Villanueva dijo que la cantidad de reclusos con síntomas de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, ha disminuido, colocando las cárceles “en un lugar mejor de lo que estábamos hace una semana, cuando ibamos en la dirección opuesta”.

Patrisse Cullors, presidenta y fundadora de Reform L.A. Jails, que ha presionado para que se realicen pruebas universales en las cárceles y que se libere a más presos, calificó la teoría de inmunidad como “ignorante e increíblemente riesgosa”.

“Los números que anunció son atroces”, dijo. “Muestra que hay un brote en las cárceles”.

Huntsman comentó la semana pasada que las cárceles están violando las pautas de los Centros federales para el Control y la Prevención de Enfermedades en relación al distanciamiento físico y las pruebas en las instalaciones correccionales.

“Ahora hay una epidemia en toda regla dentro de una pandemia en nuestra cárcel”, manifestó. “Lo que se tiene es un ambiente donde las personas duermen juntas. No hay forma en que dormir en sentidos opuestos o reducir un poco los números vaya a ser la diferencia”.

El porcentaje de una población necesaria para lograr la inmunidad varía según la facilidad con la que el virus se está propagando, según un artículo sobre el nuevo coronavirus en la revista Emerging Infectious Diseases presentado en línea antes de su fecha de publicación en julio.

Si por cada persona infectada le contagia el virus a aproximadamente dos individuos, el 55% necesita haber tenido el virus o haber sido vacunado para evitar una mayor propagación. Si cada persona administra el virus a un promedio de casi seis individuos, el umbral para la inmunidad aumenta al 82%, según el documento de Steven Sanche, Yen Ting Lin y otros cuatro científicos del Laboratorio Nacional de Los Álamos.

Las enfermedades infecciosas pueden propagarse rápidamente entre estancias estrechas en cárceles y prisiones. En las cárceles federales de Lompoc y Terminal Island en California, un total combinado de 1.800 reclusos han sido contagiados con el coronavirus y 10 han muerto.

En las cárceles del condado de Los Ángeles, más de 1.000 presos en una población de casi 13.000 dieron positivo, junto con 250 empleados del Departamento del Sheriff, incluidos algunos que no trabajan en las cárceles. Una enfermera de la cárcel falleció por el virus.

Más de 5.100 reclusos, o casi el 40% de la población de la cárcel, están en cuarentena.

Pero sin la evaluación de todos los internos, incluidos aquellos sin síntomas, no está claro qué tan extendido se encuentra el virus en las cárceles del condado.

La prueba de presos asintomáticos se completó en la cárcel de mujeres la semana pasada, con el objetivo de evaluar a todas las reclusas en el sistema del condado a mediados de junio, expuso el asistente del sheriff Bruce Chase la semana pasada. Todos los prisioneros que ingresan a las cárceles ahora son examinados para detectar el coronavirus.

Para crear más distancia física tras las rejas, los funcionarios del condado han reducido el número de internos en más del 20%, de una población típica de 17.000. Pero las cárceles aún albergan a algunos delincuentes no violentos y aquellos cuya edad o afecciones médicas preexistentes los hacen especialmente vulnerables al virus.

Con los presos y empleados yendo y viniendo, los brotes en las cárceles pueden propagarse fácilmente al público en general.

Este mes, Villanueva lanzó un video de vigilancia de los reclusos en el Centro Correccional de North County bebiendo agua del mismo recipiente en lo que describió como un intento de propagar el coronavirus entre ellos y obtener la liberación temprana.

El día después del incidente a fines de abril, nueve internos se enfermaron y fueron retirados del dormitorio, y finalmente 21 dieron positivo por el virus, informaron funcionarios del Departamento del Sheriff.

Pero los críticos dicen que el video no prueba la intención de los internos. Cullors dijo que el sheriff estaba tratando de ilustrar al público culpando a los presos por la propagación del virus.

“Ni una sola persona adentro quiere contagiarse por COVID-19”, aseguró.

En la reunión de la Comisión de Supervisión Civil del Sheriff de la semana pasada, Cheryl Grills, vicepresidenta de la Sybil Brand Commission for Institutional Inspections informó sobre las visitas que realizó a tres cárceles del condado y las entrevistas que llevo a cabo con los reclusos.

En la cárcel de mujeres, las internas que cocinan y limpian dijeron que se mudaron libremente de áreas en cuarentena a áreas sin cuarentena sin ninguna precaución sanitaria, lo que les hizo temer contraer el virus.

Los fideicomisarios que realizan una limpieza profunda de las instalaciones de la cárcel no recibieron un cambio de ropa después, señaló Grills.

Aunque la mayoría de las reclusas en la cárcel de mujeres llevaban mascarillas, casi ningún hombre la tenía, destacó Grills. El Centro Correccional de North County no contaba con procedimiento alguno para la limpieza profunda, y cada interno era responsable de limpiar su propio lugar.

Chase, el sheriff asistente, expuso que había problemas estructurales en las cárceles, como literas triples atornilladas al piso, que dificultaban el distanciamiento social.

Es difícil lograr que los presos usen mascarillas y se mantengan a seis pies de distancia el uno del otro cuando esencialmente están en su casa, agregó Chase.

Villanueva había desafiado una citación para testificar en la reunión sobre las condiciones de la cárcel, enviando a Chase en su lugar.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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