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Hay muchos trabajadores esenciales. ¿Quiénes deben recibir la vacuna primero?

Uber CEO Dara Khosrowshahi in 2019
El director ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, dijo el jueves en una carta al gobernador Gavin Newsom que sus conductores merecen acceso prioritario a la vacuna COVID-19, porque “han sido un salvavidas para sus comunidades”.
(Mark Lennihan / Associated Press)
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Uber señala que sus conductores deben tener acceso prioritario a la vacuna COVID-19, porque brindan un transporte crucial para los trabajadores de la salud y la población en general.

Los docentes indican que necesitan lo mismo para mantener las escuelas abiertas y dar la bienvenida a los estudiantes en las aulas.

Los empacadores de carne dicen que deberían tener prioridad, para poder proporcionar alimentos seguros y accesibles.

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Y los recolectores de basura dicen que requieren esta protección antes que otros para transportar los desechos y prevenir la propagación de enfermedades.

El lanzamiento de las vacunas contra COVID-19 en Estados Unidos parece inminente. Pero los suministros serán limitados al principio, por lo que las empresas y los grupos comerciales están compitiendo para acercar a sus trabajadores a la primera línea.

Un panel federal de expertos médicos y de salud pública recomendó que los primeros estadounidenses en recibir las dosis incluyan personal de atención médica de primera línea y residentes de asilos de ancianos. El segundo grupo que sugirió son los trabajadores esenciales.

Pero ¿qué entra en esta categoría? ¿Y los funcionarios de salud estatales y locales, que deciden cómo implementar las propuestas del panel federal, escogerán priorizar ciertos tipos de trabajadores esenciales mientras exigen que otros esperen?

Las organizaciones laborales y profesionales de pilotos, auxiliares de vuelo, maestros, conductores de autobuses, trabajadores de la industria de carnes y cajeros de bancos, entre otros grupos, y algunos empleadores han comenzado a presionar para que sus miembros y personal obtenga acceso rápido a la vacuna.

El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) —un panel de 15 expertos en el tema— recomendó que el personal de salud esté protegido primero porque es más probable que esté expuesto al virus, en comparación con la mayoría, y que los residentes de asilos de ancianos deben ser priorizados porque hay mayor posibilidad de que mueran a causa de la enfermedad.

Los funcionarios estatales y locales pueden extender ese fundamento a grupos adicionales, pero también deben pensar en cómo encaja cada grupo en la población en general y cómo proteger mejor la salud y economía de la comunidad.

“La clave es equilibrar el máximo ahorro de vida, con equidad y total transparencia”, señaló el ex director de los CDC, Tom Frieden, al Times, en un correo electrónico.

El Departamento de Salud Pública de California emitió recientemente pautas para la primera ola de vacunas, que reflejan fielmente las recomendaciones del panel. La dependencia agregó pautas de “subpriorización”, basadas en el tipo de personal de salud (los trabajadores de laboratorio y los dentistas, por ejemplo, se encuentran entre los de menor prioridad), el tamaño de la población a la que atiende y el nivel de riesgo del trabajo y la edad.

Cuando se trata de la población en general, los servidores públicos de la localidad pueden basar la prioridad en otros factores de riesgo, como tener una condición de salud subyacente, estar encarcelado, no tener hogar, trabajar en una fábrica, o vivir en un entorno multigeneracional, indicó Lori Tremmel Freeman, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de los funcionarios de salud del condado y la ciudad.

“Ellos conocen a sus poblaciones íntimamente debido a los programas que brindan en esas comunidades día tras día”, explicó. “Entienden los diversos matices de las poblaciones especiales, incluidas las más vulnerables al COVID y saben cómo, cuándo y dónde llegar a ellas”.

Los CDC y otras agencias de salud pública no rastrean los casos de COVID-19 para cada ocupación, pero los informes de las revistas médicas y los estudios del gobierno han señalado un mayor riesgo de infección en algunas áreas laborales, incluidas la industria de procesamiento carne, la aeronáutica y el sector salud.

Los grupos de trabajadores que ya han presionado para que se muevan hacia el frente de la línea de vacunas argumentan que sus miembros están altamente expuestos al virus, o que deben estar protegidos para que puedan realizar funciones cruciales y mantener a la sociedad estadounidense abierta, como cajeros de banco y transportistas.

La American Trucking Assn. hizo el argumento en una carta a los CDC de que “es imperativo que los conductores de camiones tengan un acceso prioritario a la vacuna para minimizar el potencial de retrasos e interrupciones en la cadena de suministro”.

Una alianza de maestros, superintendentes escolares y directores sostuvo en una carta a los CDC, que dar prioridad a los educadores en la distribución de vacunas asegurará que las escuelas permanezcan abiertas, los padres puedan regresar al trabajo y los estudiantes no se atrasen en sus lecciones.

Hasta el mes pasado, estas dependencias gubernamentales reportaron más de 277.000 casos de coronavirus entre niños en edad escolar.

La American Bankers Assn. señaló que ha estado promoviendo ante las instituciones de salud pública que los empleados bancarios que entran en contacto con el público diariamente, como los cajeros, deben estar entre los trabajadores esenciales que tienen prioridad después de los trabajadores de la salud y los residentes de asilos de ancianos a largo plazo.

En una carta al gobernador Gavin Newsom el jueves, el director ejecutivo de Uber Technologies, Dara Khosrowshahi, dijo que sus conductores merecen la protección con la mayor prontitud porque “han sido un salvavidas para sus comunidades. Han transportado a los trabajadores de los hospitales, entregado alimentos a las personas que se distancian socialmente en sus hogares y ayudado a los restaurantes locales a mantenerse funcionando”.

El sur de California y el Valle Central son, de lejos, los mayores contribuyentes del estado al total de muertes de COVID-19 en la última semana.

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Para garantizar que las personas no se inscriban como conductores de Uber solo para obtener acceso temprano a la vacuna, un representante de la empresa dijo que solo se les podría dar acceso a aquellos que tengan pruebas de que han conducido de manera continua desde marzo.

Una coalición de operadores de aerolíneas, pilotos, asistentes de vuelo y mecánicos de aeronaves escribió al director de los CDC, Robert Redfield, y a Christopher C. Krebs, el ahora despedido director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, puntualizando que sus trabajadores deberían tener prioridad porque “son fundamentales para trasladar suministros médicos en todo el país”.

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Durante los últimos meses, las compañías aeronáuticas del país han promocionado la relativa seguridad de volar durante la pandemia. Pero los trabajadores de este rubro dicen que deberían poder acceder de manera temprana al despliegue de la vacuna, porque su riesgo de contraer el virus es mucho mayor que el de sus pasajeros.

“Es nuestra responsabilidad la operación en numerosos vuelos, interactuar con todas las personas que viajan, transitar al área de trabajo en transporte público, hospedarnos en hoteles, comer en restaurantes o conseguir comida de alguna manera”, señaló Sara Nelson, presidenta de la Assn. of Flight Attendants-CWA, AFL-CIO.

“Si no nos vacunamos lo antes posible, es probable que pongamos en riesgo a más personas”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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