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Con miras a acelerar las reaperturas, California reservará un 40% de sus vacunas contra el COVID-19 para áreas desfavorecidas

Lines of cars in between orange traffic cones
Conductores esperan en el sitio de vacunación masiva contra el COVID-19 montado en el Dodger Stadium, en enero pasado.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)
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En un cambio importante de políticas, los funcionarios de California afirmaron que dedicarán el 40% de las vacunas contra el COVID-19 disponibles a los residentes de áreas más desfavorecidas, en una medida diseñada para frenar la propagación del coronavirus y acelerar el reinicio de la economía.

Después de que se administren aproximadamente otras 400.000 dosis a quienes viven en comunidades más afectadas de California, lo cual podría suceder en las próximas dos semanas, los funcionarios de la administración Newsom dijeron que el estado tiene la intención de relajar significativamente las reglas para que los condados salgan del nivel más restrictivo del plan de contingencia de California.

El cambio se produce en medio de una creciente evidencia de que las comunidades latinas y negras están rezagadas respecto de las blancas y asiáticas en el acceso a la vacuna.

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Esto ha generado preocupaciones, en parte porque esas comunidades desatendidas han sido las más afectadas por el COVID-19. También son el hogar de muchos trabajadores esenciales, que contrajeron el virus en sus empleos y luego lo transmitieron en sus casas.

Pero la medida agrega otro cambio al ya complejo plan de vacunación del estado, marcado por una gran escasez de suministro, y llega justo cuando más personas se vuelven elegibles para las vacunas.

En unas pocas semanas, el estado recomendará a los condados que millones de individuos con problemas de salud subyacentes y discapacidades se sumen a la fila. Con grandes cantidades de dosis ya reservadas, habrá menos para entregar a otros grupos. Los funcionarios esperan importantes aumentos en el suministro durante las próximas semanas.

El propio Newsom presagió el concepto durante una sesión informativa en Long Beach, el miércoles por la tarde, aunque no ofreció detalles en ese momento. “Queremos incorporar las tasas de vacunación en los niveles; eso nos permitirá pasar más rápidamente por ellos”, expresó.

Actualmente, se han administrado 1.6 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19 a personas que viven en las comunidades más afectadas del estado, específicamente, aquellas en el cuartil más bajo del índice de Lugares Saludables de California (California Healthy Places), una medida de oportunidad socioeconómica que toma en cuenta las oportunidades económicas y sociales y los factores de educación, vivienda y transporte.

Una vez que se hayan administrado dos millones de dosis en estas comunidades, el estado relajará el umbral por el cual un condado puede salir de la categoría púrpura -la más restrictiva- del plan de reapertura de cuatro niveles del estado. En esa categoría están prohibidas -o severamente limitadas- las actividades comerciales en espacios interiores de muchas empresas y espacios públicos, incluidos los comedores de restaurantes, gimnasios, museos, zoológicos y acuarios.

En el sur de California, las comunidades objetivo incluirían el sur de Los Ángeles, el lado este, Koreatown, Chinatown, Compton, el sureste del condado de Los Ángeles, el este del Valle de San Fernando, Santa Ana y varias comunidades predominantemente latinas a lo largo del corredor de la Interestatal 10 entre Pomona y San Bernardino.

Los funcionarios de la administración señalaron que el cuartil consta de aproximadamente 400 códigos postales diferentes repartidos por todo el estado, aunque muchos de ellos se encuentran en el Valle Central y en el condado de Los Ángeles y sus alrededores.

Las asignaciones de niveles de los condados se basan en tres criterios: tasas de casos diarios promedio, ajustadas en función del número de pruebas realizadas; el índice de positividad de la prueba; y una métrica de equidad en salud destinada a garantizar que la tasa de positividad en las comunidades más pobres no sea significativamente peor que la cifra general del condado.

Al día de hoy, los condados generalmente deben tener un índice diario ajustado de casos de coronavirus igual o inferior a 7.0 episodios nuevos por día por cada 100.000 personas para pasar del nivel púrpura al rojo, más permisivo.

Sin embargo, una vez que el estado logre su objetivo de dosis de dos millones, los condados con una tasa de hasta 10 episodios nuevos al día por cada 100.000 individuos serán elegibles para pasar al nivel rojo.

El cambio de política apunta a acelerar el movimiento en muchos condados del sur de California, lo cual les permitirá reabrir ampliamente sus economías antes de lo previsto. Según las nuevas reglas propuestas, los condados de L.A., Orange y San Bernardino ya serían elegibles para salir del nivel púrpura, mientras que los condados de Riverside, Ventura y San Diego también estarían cerca de calificar.

Por cada 100.000 residentes, el condado de L.A. tiene actualmente una tasa diaria ajustada de casos de 7.2; el de Orange, 7.6; Riverside, 11.3; San Bernardino, 9; San Diego, 10.8 y Ventura, 10.6.

Una vez que se administren un total de cuatro millones de dosis a estas comunidades de bajos ingresos, los funcionarios estatales también relajarán los umbrales para ingresar a los niveles siguientes, naranja y amarillo. Sin embargo, no especificaron cuáles serían esos nuevos umbrales.

El nivel naranja permitiría a los fanáticos de los deportes regresar a las instalaciones deportivas profesionales al aire libre y la reapertura de espacios de entretenimiento familiar bajo techo, como salas de bolos y de escape. El nivel amarillo permite reabrir grandes parques temáticos.

“Incluso con estos pasos, todavía tendremos algunas de las protecciones de salud pública más sólidas […] en la nación”, señaló un funcionario de la administración de Newsom.

Los funcionarios de la administración confirmaron que la dosis compartida anunciada previamente por el estado para los educadores -el 10% de la asignación semanal de California- seguirá vigente.

Los proveedores en todo California han aplicado más de 9.4 millones de dosis totales hasta la fecha. Aunque el estado ha trabajado para aumentar la rapidez con la que las vacunas disponibles llegan a la gente, decenas de millones de residentes todavía aguardan para ingresar a la fila.

A parte de promover la equidad en el despliegue de vacunas en el estado, los funcionarios de la administración dijeron que el plan discutido el miércoles es pragmático. Vacunar a quienes corren mayor riesgo de ser víctimas o vectores del coronavirus ayudará a frenar su propagación.

Además, inmunizar a un número significativo de personas protege mejor a la comunidad en general contra la transmisión generalizada, lo cual significa que los umbrales para reabrir más ampliamente las empresas y los espacios públicos ya no tendrán que ser tan estrictos.

Aunque indicó que no estaba al tanto de los detalles de la propuesta, la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, expresó el miércoles por la tarde que sería lógico que las vacunas desempeñen algún papel en la orientación del proceso de reapertura.

“Una vez que se vacuna a millones de personas, es necesario tenerlo en cuenta al determinar la seguridad de una variedad de actividades”, expresó durante una sesión informativa. “Creo que es completamente apropiado. Lo dijimos todo el tiempo: las vacunas son, de hecho, un punto de inflexión. Pero hay que inmunizar a muchísima gente antes de que se produzca una gran diferencia”.

Lin reportó desde San Francisco; Money desde Long Beach.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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