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Medidas agresivas para combatir el nuevo aumento de coronavirus en California: ¿Funcionarán?

A nurse gives a man a COVID-19 shot.
Pedro Antonio Tobar Mendoza recibe una vacuna contra COVID-19 de Jonica Portillo, una enfermera registrada, en el Pico Union Project, en Los Ángeles.
(Al Seib / Los Angeles Times)
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El último aumento de coronavirus en California está impulsando más acciones, a medida que los funcionarios trabajan agresivamente para bloquear la propagación, especialmente entre los no vacunados, quienes están en mayor riesgo.

Con el incremento de casos y hospitalizaciones, la atención se centra cada vez más en hacer todo lo posible para aumentar las vacunaciones, así como para proteger a la mayor cantidad de personas contra infecciones y enfermedades, especialmente con la rápida propagación de la variante Delta altamente contagiosa.

Esa cepa, advirtió la directora de salud pública de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, durante el fin de semana, es “una de las enfermedades respiratorias más agresivas e infecciosas conocidas, actualmente representa más del 80% de los casos en el condado”.

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Según los últimos datos publicados por el Departamento de Salud Pública de California, el 82.8% de los casos de coronavirus que se analizaron en julio se han identificado como parte de la variante Delta, frente al 52.8% de junio.

Los expertos comentan que aquellos que están completamente vacunados permanecen bien protegidos contra el coronavirus, incluida la variante Delta. Entonces, los antígenos, agregan los funcionarios, son clave para combatir el aumento.

Estos son algunos de los pasos que se están tomando:

Prueba de vacunación

Aquellos que trabajan para el estado de California, o en sectores de atención médica pública o privada, pronto deberán mostrar pruebas de que han sido vacunados contra el COVID-19.

Si no están inoculados o se niegan a dar dicha documentación, deberán someterse a pruebas periódicas para detectar la infección.

El nuevo requisito anunciado el lunes se produce cuando varias ciudades, instituciones educativas y empresas privadas están tomando medidas similares con la esperanza de frenar el último resurgimiento de la transmisión del coronavirus.

Cuando la nueva política entre en vigor el próximo mes, los trabajadores estatales deberán proporcionar su estado de vacunación. Aquellos que no estén inmunizados, o que se nieguen a mostrar pruebas, serán examinados para detectar la infección por coronavirus al menos una vez a la semana y deberán usar mascarilla en interiores, según el Departamento de Recursos Humanos de California.

Se establecerán requisitos similares para las instalaciones de atención médica públicas y privadas, al igual que para entornos colectivos como cárceles, refugios para personas sin hogar y asilos para adultos mayores. Cualquier empleado no inmunizado también deberá usar equipo de protección personal apropiado, como cubrebocas.

Requerir vacunas

Aunque California, hasta este punto, no ha exigido que los trabajadores se vacunen, algunas agencias gubernamentales han dicho que darán ese paso.

El lunes, el Departamento de Asuntos de Veteranos se convirtió en la primera agencia federal importante en ordenar que los trabajadores de la salud reciban el antígeno contra COVID-19.

Y un número creciente de políticos de Los Ángeles quiere exigir que los trabajadores de la ciudad hagan lo mismo.

“Ya es hora de que actuemos”, señaló el lunes el concejal Mark Ridley-Thomas, cuyo distrito se extiende desde Crenshaw hasta Koreatown.

La pandemia “no está retrocediendo”, comentó Ridley-Thomas, “y la mejor defensa hasta la fecha son las vacunas. Entonces, ¿por qué no haríamos todo lo posible para evitar la calamidad a la que nos enfrentamos hace no más de cinco meses?”.

Ridley-Thomas expuso que planeaba presentar una moción el miércoles para que el personal de la ciudad elabore una política que requiera que todos los empleados estén completamente inoculados contra el COVID-19.

La semana pasada, Pasadena puntualizó que pediría que todos los empleados de la ciudad se vacunen contra el coronavirus, una vez que los antígenos reciban la aprobación federal. El nuevo requisito de inmunización se produjo días después de que una docena de trabajadores dieron positivo a la enfermedad y otros se vieron obligados a ponerse en cuarentena, subrayó la portavoz de la ciudad, Lisa Derderian.

La ciudad tiene más de 2.000 empleados y alrededor del 60% de ellos han informado que están vacunados, agregó Derderian.

El requisito de inoculación no entrará en vigor hasta que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) apruebe al menos una de las tres vacunas que han recibido autorización de emergencia.

Pasadena es la primera ciudad del sur de California en emitir tal regla; sigue los pasos de San Francisco, que decidió el mes pasado emitir una orden similar para sus 35.000 trabajadores municipales.

El sistema de la Universidad de California también anunció la semana pasada que requeriría inoculaciones para todos los estudiantes, profesores y otros durante el período de otoño.

Y fuera de California, la ciudad de Nueva York igualmente exigirá que los trabajadores de la ciudad se vacunen o se sometan a pruebas periódicas.

El esfuerzo para más vacunaciones

En Los Ángeles, los funcionarios están organizando eventos comunitarios de vacunación para llegar a quienes no han recibido dosis en las áreas más afectadas por la pandemia. El viernes, unas dos docenas de personas se presentaron para inocularse en una clínica en Pico-Union.

El sábado por la mañana, el alcalde Eric Garcetti se unió a Ridley-Thomas; la supervisora del condado, Holly Mitchell; y la senadora estatal Sydney Kamlager (demócrata por Los Ángeles) en una asamblea pública de vacunación en Leimert Park, un vecindario donde el 59.5% de los individuos mayores de 16 años han obtenido al menos una dosis, según datos del condado.

Las disparidades raciales en las tasas de vacunación siguen siendo pronunciadas en todo el condado. Entre los latinos, el 55% ha recibido al menos una dosis, en comparación con el 66% de los residentes blancos. En la comunidad afroamericana, el porcentaje es del 46%.

“Es necesario que nuestra comunidad, especialmente los latinos, asistan a ponerse la vacuna”, puntualizó la supervisora de Los Ángeles, Hilda Solís. “Estoy muy decepcionada de que tengamos índices de participación tan bajos en términos de vacunación”.

Solís también exhortó a los residentes del condado a hacerse la prueba en medio del creciente número de casos.

“Hay muchas personas que tienen la variante Delta y es posible que no sepan que son portadores o que están experimentando síntomas”, enfatizó Solís. “Pueden pensar que es un resfriado, por eso creo que es urgente hacerse la prueba”.

Usando cubrebocas

Los Ángeles, a principios de este mes, requirió a todos el uso de cubrebocas en espacios públicos interiores. Los funcionarios esperan que el requisito ayude a mitigar el último aumento de infecciones, pero llevará tiempo ver si el esfuerzo da sus frutos.

Varios otros condados de California recomiendan ahora, aunque no exigen, que sus residentes hagan lo mismo.

Según los informes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) también están considerando alentar a que se utilice mascarilla en interiores. Se espera que se den a conocer más detalles el martes.

También se recomiendan precauciones para los vacunados

Existe evidencia abrumadora de que las vacunas contra COVID-19 que se usan en Estados Unidos continúan brindando un alto grado de protección, aunque no al 100%, contra enfermedades graves, hospitalizaciones y muerte.

La semana pasada, el Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de EE.UU, citó datos que muestran que los antígenos de Pfizer-BioNTech y Moderna tenían una efectividad del 95% y 94%, respectivamente, contra el COVID-19 sintomático. Respecto a la vacuna de Johnson & Johnson de dosis única ha sido 72% efectiva contra enfermedades clínicamente reconocibles en este país.

“Se esperan infecciones después de la inoculación. Ningún antígeno es 100% efectivo”, agregó. “Sin embargo, incluso si una vacuna no protege completamente contra la enfermedad, por lo general, si tiene éxito, apoya contra padecimientos graves”.

A nivel nacional, más del 97% de las personas actualmente hospitalizadas por COVID-19 no han sido inoculadas, según la directora de los CDC, la Dra. Rochelle Walensky.

Ferrer comparó la semana pasada las vacunas con el cinturón de seguridad. “Si bien los cinturones de seguridad no evitan todo lo malo que puede suceder durante un accidente automovilístico, brindan una excelente protección, tanto que todos los usamos de manera rutinaria. Realmente no tendría sentido no usar el cinturón de seguridad solo porque no previene todas las lesiones por accidentes automovilísticos”, enfatizó.

“Rechazar una vacuna contra COVID porque no ofrece una protección del 100%”, continuó, “realmente ignora los poderosos beneficios”.

Las personas con sistemas inmunitarios débiles deben tener especial cuidado de hablar con sus médicos sobre las medidas de protección adicionales que podrían tomar.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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