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Los republicanos no son los únicos que dicen que Kamala Harris debería visitar la frontera sur

Kamala Harris sits at the head of a conference table.
La vicepresidenta Kamala Harris habla durante una reunión virtual con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.
(Kent Nishimura / Los Angeles Times)
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Cada vez que la vicepresidenta Kamala Harris ha visitado Milwaukee o Greensboro, N.C., u otras ciudades para promover la agenda del gobierno de Biden, su viaje ha provocado una serie de tuits, artículos de opinión y comunicados de prensa de los republicanos locales y nacionales, exigiendo saber por qué no va en cambio a algún lugar de la frontera con México.

La mayoría de los ataques de los republicanos, que la califican falsamente de “zar de la frontera” del presidente Biden, son de carácter partidista, ya que intentan culpar a Harris del fuerte aumento de la migración a Estados Unidos después de que el primer mandatario la nombrara su enviada diplomática a América Latina para abordar las “causas fundamentales” del incremento de la migración de niños y familias no acompañados.

Pero dejando de lado la política, algunos demócratas, expertos en políticas no partidistas y grupos de defensa de los inmigrantes también dicen que Harris debería visitar la frontera, como una señal de alto nivel del compromiso de la administración para arreglar el maltrecho sistema de inmigración y para que Harris pueda ser testigo del alcance del problema que se le ha pedido que ayude a solucionar.

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“En mi opinión, está jugando a lo seguro al no ocuparse de la frontera”, dijo el representante Henry Cueller, demócrata de Texas cuyo distrito se extiende 194 millas a lo largo de la línea entre Estados Unidos y México.

Harris, hasta ahora, se ha resistido a hacer planes de visita, señalando que la descripción de su trabajo implica la diplomacia en América Latina y no la política en la frontera. El mes que viene sobrevolará la frontera para mantener dos días de reuniones con los presidentes de México y Guatemala sobre cómo aliviar las condiciones que empujan a los centroamericanos hacia el norte.

Sin embargo, el tenso debate sobre la frontera ilustra por qué la misión en solitario de más alto perfil de Harris es tan desafiante, tanto en el fondo como en la política.

Los funcionarios de la administración “dejaron dolorosamente claro que ella se estaba centrando en las causas fundamentales de la migración porque sabían que la derecha trataría de embarrarla y hacerla responsable de la crisis fronteriza”, dijo Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, un grupo liberal de inmigración.

Los republicanos creen que la controversia sobre la inmigración puede ayudarles a ganar el control del Congreso en las elecciones intermedias de 2022, y las encuestas demuestran que es una debilidad política para los demócratas y el gobierno de Biden.

“La ‘causa raíz’ es que la frontera no es segura”, dijo Torunn Sinclair, secretaria de prensa del Comité Nacional Republicano del Congreso, sugiriendo que la falta de aplicación de la ley por parte del gobierno de Biden es el principal motor de la migración.

Su grupo publica diariamente videos “BidenBorderCrisis”, muchos de los cuales presentan a Harris, mientras que algunos republicanos en el Congreso blanden cartones de leche con la cara de Harris para argumentar que está “desaparecida” del trabajo.

“Lo que hace que el tema de la inmigración sea algo complejo es que solo se puede salir perjudicado si se maneja de forma inadecuada”, dijo Fernand Amandi, un encuestador demócrata con sede en Miami. “Pero no se puede garantizar una suerte política permanente si se maneja de forma impecable”.

Los aliados demócratas de Harris han sugerido en los últimos días que, a medida que la afluencia fronteriza inmediata disminuya -y las cifras parecen estar estabilizándose-, los republicanos van a tener más dificultades para tratar de utilizarla como un arma política.

Sin embargo, la base de su tarea seguirá siendo: las desesperadas condiciones de Centroamérica en cuanto a pobreza, violencia, corrupción, catástrofes naturales y la pandemia de COVID-19 que hacen que tantos huyan en sus peligrosos viajes.

Los funcionarios de inmigración estadounidenses se han visto abrumados por el problema humanitario de albergar a los migrantes y refugiados y procesar sus solicitudes, mientras que al mismo tiempo intentan revertir las políticas de línea dura de la administración Trump.

“A ella le gustaría que su enfoque principal fuera el desarrollo, pero en realidad es la diplomática en jefe con México y América Central, y eso incluye cuestiones más amplias de migración y frontera”, dijo Andrew Selee, presidente del Instituto de Política Migratoria y uno de los expertos en políticas que han informado a Harris. “Se verá involucrada en algunas de las cuestiones fronterizas”.

Domingo García, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, un grupo de defensa de la inmigración calificó la situación fronteriza de “emergencia” e instó a Harris a estudiar cada fase y a escuchar a los agentes fronterizos y a otras personas que sienten el impacto inmediato.

“Estamos hablando de gente que muere casi a diario y de centros de detención que están desbordados”, dijo. “Y la política tiene realmente implicaciones en la vida real que ella necesita ver”.

La senadora Mazie Hirono, una demócrata de Hawái que forma parte de un subcomité del Senado responsable de las cuestiones fronterizas, dijo a un entrevistador de PBS, que Harris debería “por supuesto” ir a la zona como parte de un enfoque global para diseñar un sistema de inmigración más humano.

Harris y sus asesores se apresuran a señalar que otros altos funcionarios, incluido el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, son responsables de supervisar la frontera.

“Pero también tenemos que tratar las causas de fondo, de lo contrario estamos en un sistema perpetuo de solo tratar los síntomas”, manifestó Harris recientemente.

Un funcionario de la Casa Blanca, que solo accedió a hablar sin ser nombrado, reconoció que los problemas que impulsan la migración desde Centroamérica sí se cruzan con los problemas en la frontera, “pero el hecho de que ella vaya a la frontera no pone de relieve las causas de fondo”, mientras que “visitar Guatemala y México sí lo hace”.

“No vamos a dejarnos influir por los mensajes republicanos sobre lo que hacemos y lo que no hacemos”, dijo el funcionario.

Algunos expertos y defensores de la inmigración dicen que no es necesario ni prudente que Harris se apresure a ir a la frontera, lo que, según ellos, podría ser una distracción. Harris ha estado allí al menos una vez como senadora, uniéndose a las protestas contra la política de separación de familias de Trump en San Diego en 2018 y reuniéndose con mujeres cuyos hijos habían sido arrebatados. Fue ahí al menos dos veces como fiscal general de California.

“Todos los que hablan de la frontera deberían verlo. No me importa de qué partido sean”, dijo Theresa Cardinal Brown, que fue asesora de política migratoria en las administraciones de George W. Bush y Obama. Pero toda visita, especialmente una de alto nivel en la que participa un vicepresidente, “es una situación que impide a la gente hacer su trabajo”, añadió.

“Personalmente, no creo que deba ir, solo para hacer un gran espectáculo”, expresó Brown.

Harris está trabajando con los gobiernos de México y de los países del llamado Triángulo del Norte -Honduras, El Salvador y Guatemala- para averiguar cómo disuadir a la gente de emigrar. Además de abordar la delincuencia y la pobreza endémicas, está tratando de frenar la corrupción gubernamental, un problema tan generalizado que hasta ahora se ha abstenido de hablar con el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y con el de El Salvador, Nayib Bukele.

Ali Noorani, presidente del Foro Nacional de Inmigración, un organismo favorable a los negocios dijo que el tiempo de Harris estaría mejor invertido en la región, reuniéndose con los líderes y, si es posible, con los residentes locales, para tener una mejor idea de lo que la gente está enfrentando antes de que decidan hacer el viaje al norte.

“Para cuando un migrante centroamericano llega a la frontera con Estados Unidos, su experiencia vital se ha visto estresada por múltiples interacciones con los cárteles y con las redes de contrabando, con otras personas que se aprovechan de ellos”, expuso Noorani.

Muchos expertos en políticas, especialmente de la izquierda, están de acuerdo con el amplio enfoque que Harris y Biden han esbozado, que incluye el envío de miles de millones de dólares en ayuda para alimentar a la gente y ayudar a reconstruir las instituciones democráticas.

La administración también está trabajando para crear formas de solicitar visados estadounidenses y el estatus de refugiado sin salir de casa.

Harris y otros afirman que el esfuerzo será difícil y requerirá mucho tiempo, y la Casa Blanca aún no ha ofrecido un calendario o métricas para el éxito.

Cueller, el congresista de Texas, dijo que desea que Harris logre abordar las causas fundamentales de la migración.

Pero le preocupan más las consecuencias inmediatas en este país, incluso en las comunidades de Texas que se encuentran a cierta distancia de la frontera, como Houston y San Marcos, donde los agentes de la ley han hablado de adolescentes que son atraídos para unirse a las redes de contrabando.

“Queremos que este asunto se gestione rápidamente y de mejor manera”, dijo. “Prefiero hablar de dinero que se destina a las pequeñas empresas o de cheques de estímulo”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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