Anuncio

¿Un vistazo del futuro de los festivales de música? Outside Lands vende cannabis por primera vez

Outside Lands festival
Las ventas de marihuana con licencia se aprobaron por primera vez en el festival Outside Lands en San Francisco.
(Carolyn Cole/Los Angeles Times)
Share

En una brumosa mañana del sábado en el Parque Golden Gate de San Francisco, Janna Lutz se sentó, protegida por un bosque de pinos y eucaliptos de Monterey, a tallar un ‘bong’ de una berenjena.

Lutz, de 65 años, estaba en la Costa Oeste visitando a su hijo, Brian Lutz, de 24 años, desarrollador de software en San José. Había llevado a su madre, diseñadora de interiores y ex miembro del concejo de la ciudad en Chagrin Falls, Ohio, a Outside Lands, el festival de música del norte de California que atrae a unas 200.000 personas durante sus tres días de duración.

La familia de Matt Miller cultivaba marihuana en Oregon desde mucho antes de su legalización.

Jun. 25, 2019

Estaban participando en un momento histórico, uno que los asistentes llamaron “histórico” y “genial” y la anciana Lutz lo tradujo como “algo que se veía venir” -el evento más grande en California y el país, que permitía ventas y consumo legal de cannabis. Es una vista previa de lo que eventualmente se convertirá en un lugar común para otras grandes reuniones, como el Festival de Música y Artes del Valle de Coachella en el sur de California (aunque aún no se ha solicitado dicho permiso) a medida que las reglas de la marihuana se solidifiquen.

Anuncio

En este segundo día del festival, los Lutz estaban visitando Grass Lands, un área acordonada para edades arriba de 21 años, donde cerca de dos docenas de vendedores ofrecían, por primera vez, hierba, chocolates infundidos, cervezas sin alcohol cargadas de THC y más.

Carlos Plazola se encerró en un dormitorio mientras su primo hacía guardia.

Jun. 24, 2019

Grass Lands es un caso de prueba para los reguladores de California que intentan crear límites para la creciente industria de la marihuana. Para las marcas de marihuana, fue una oportunidad para atraer a nuevos clientes a medida que el cannabis se transforma en un bien cotidiano.

Los Lutz habían comprado un cigarro pre-enrollado anteriormente, pero antes de participar decidieron que competirían en un concurso donde debían crear el mejor dispositivo para fumar a partir de vegetales. Los ganadores serían elegidos a las 4:20 de la tarde.

Poco después de asumir el cargo de director médico del Centro de Atención de Urgencia y Cirugía en el este de Tennessee en 2012, el Dr.

Jun. 15, 2019

“Nos estamos deteniendo porque si fumamos ahora el bong se verá como ‘mier…’”, dijo el joven Lutz. “Así que vamos a esperar hasta que terminemos más”.

Janna Lutz, de 65 años, de Ohio, y su hijo Brian Lutz, de 24 años, de San José, hacen un bong de vegetales para un concurso en Grass Lands en el festival 2019 Outside Lands en San Francisco.
(Carolyn Cole/Los Angeles Times)

Su moderación los convirtió en una minoría en Grass Lands, donde multitudes entusiastas llenaron “áreas de consumo” en plataformas elevadas, posaron para selfies, pintaron en un mural comunitario y exhalaron espesas nubes de humo que acompañaba la ligera niebla que permanecía en la tarde.

Aunque el cannabis ha sido legal en California desde que los votantes aprobaron su venta y uso recreativo en 2016, sigue siendo ilegal consumirlo en público o venderlo fuera de dispensarios con licencia sin un permiso para un evento especial de las autoridades estatales y locales. Si bien se han emitido más de una docena de tales licencias para eventos centrados principalmente en el cannabis en California, Outside Lands abrió nuevos caminos a través del tamaño y el alcance, y debido a que el alcohol se vendió ampliamente en el evento, una combinación de legisladores estatales ha establecido reglas estrictas.

“Es un poco surrealista”, dijo Kaydee Perreira, de 29 años, mientras repartía cuadritos de chocolate blanco mezclado con té de matcha, una muestra de barras de caramelo vendidos por Nug, un dispensario con ubicaciones en Sacramento y Oakland. “Creo que este es un buen comienzo para lo que sucederá en los próximos años”.

Los minoristas y patrocinadores en Grass Lands vieron el evento como una oportunidad para darse a conocer y obtener ganancias.

Los mayores productores en el mercado de cannabis son aquellos que buscan algo más refinado, en lugar que sólo ponerse ‘high’ (arriba), dijo Sheena Shiravi, portavoz de la empresa de entrega de cannabis Eaze, que patrocinó el festival y un salón dentro de Grass Lands. “Los padres, las mamás en el fútbol, las mujeres y los baby boomers” son los objetivos de su compañía, dijo, en lugar del estereotipo del “videojugador en el sofá”.

“Hay un gran impulso para el bienestar, que los consumidores entiendan que esto no es sólo una droga recreativa”, dijo Shiravi. “Lo que Eaze está tratando de hacer, al igual que el estado, es crear algo que sea sostenible para combatir el mercado ilegal. Al permitir que Outside Lands realice esto, es un gran momento en la historia”.

La pared de olor permitió a los visitantes aspirar bocanadas de aroma de botes llenos de diferentes terpenos, los aceites que le dan olor al cannabis. Miles vinieron a Grass Lands para comprar y probar una variedad de productos de marihuana por primera vez en el festival Outside Lands.
(Carolyn Cole/Los Angeles Times)

Esa estética de alta gama y concepto impregnaba la escena tanto como el humo. ¿El té verde en los bares de Nug? Grado ceremonial, importado de Japón. “Me recuerda a ‘sommeliers’”, dijo Caleb Lee, de 22 años, estudiante de geografía en UC Berkeley. Lee estaba de pie frente a la “pared de olor”, una pantalla que permitía a los transeúntes aspirar bocanadas de aroma de botes de metal llenos de diferentes terpenos, los aceites que le dan olor al cannabis.

De manera similar al reconocimiento de los sabores en el vino, las compañías de cannabis esperan educar a los usuarios sobre los matices entre los aromas, el carácter herbal del alfa-pineno, por ejemplo, en comparación con los tonos terrosos del mirceno: dos terpenos comunes que los consumidores de Outside Lands olfateaban.

“Es como toda una industria ahora”, dijo Lee. “El olor, la calidad, el origen”.

Aunque Grass Lands ofreció la misma autenticidad pulida del resto del festival, se unió en el último minuto.

La licencia para vender cannabis en el festival es parte de un programa piloto autorizado por la Junta de Supervisores de San Francisco a principios de este año que hizo posible la solicitud de siete grandes eventos en la ciudad. Comenzado en 2008, Outside Lands ha crecido a lo largo de los años para convertirse en uno de los festivales de música más grandes del país, en la misma liga que Coachella y Lollapalooza en Chicago. El nombre se refiere al hecho de que el Golden Gate Park perteneció a México, que lo transfirió a los Estados Unidos al firmar el Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848.

Los eventos previamente conocidos por el consumo ilegal de cannabis fueron objeto de los permisos piloto, con la idea de que las ventas legales podrían ayudar a regular el comportamiento que ya estaba teniendo lugar. Los líderes estatales dijeron que California, al emitir un permiso con restricciones, simplemente regula el uso de una droga que ha sido omnipresente en los conciertos de rock desde antes de Woodstock, que tuvo lugar hace 50 años esta semana.

“Seamos claros: esta no es la primera vez en la historia que el cannabis se consumirá en un festival de música”, dijo el asambleísta David Chiu (demócrata por San Francisco).

Kaydee Perreira en Grass Lands entrega cuadritos de chocolate blanco mezclados con té matcha, una muestra de barras de caramelo vendidos por Nug, un dispensario con ubicaciones en Sacramento y Oakland.
(Carolyn Cole/Los Angeles Times)

El programa piloto se ejecuta sólo hasta el final del año, presionando a la ciudad para que autorice un caso de prueba antes de que expire. Otros eventos en el programa, incluido el 4/20 centrado en el cannabis en Hippie Hill en abril y la celebración del Orgullo en junio, ya han sido autorizados, reduciendo aún más las opciones.

“Nos estamos quedando sin meses, así que tenemos que hacer esto”, dijo Marisa Rodríguez, una ex fiscal que asumió el cargo de jefe de la oficina de cannabis de San Francisco hace cinco meses.

Aunque los organizadores de Outside Lands solicitaron un permiso estatal hace meses, la ciudad no finalizó su solicitud hasta el martes a las 5 p.m., aproximadamente 67 horas antes de que comenzara el festival, debido a los cambios continuos para abordar las preocupaciones.

Rodríguez dijo que sus reglas fueron sometidas a ocho rondas de revisiones para “asegurarse de que la comunidad se sienta escuchada”.

“Nunca se había hecho antes”, dijo Rodríguez. “Realmente estamos tratando de ser conscientes, reflexivos y serios acerca de cómo estamos controlando este proceso”.

Esas reglas todavía se estaban modificando a medida que avanzaba el fin de semana. Horas antes de la apertura, los reguladores solicitaron más cercas para bloquear las vistas del área de consumo y la eliminación de grandes plantas en macetas.

Se les pidió a los empleados que no usaran sus tarjetas de identificación del festival mientras fumaban. Más tarde, la conexión inalámbrica siguió fallando, lo que obligó a registrar algunas ventas a mano para cumplir con las estrictas pautas estatales para documentar cada paso del proceso de producción y venta, pero dificultaba el cumplimiento de los límites de compra.

Pero tanto los reguladores como los vendedores dijeron que trabajaron para que el fin de semana fuera un éxito, y el domingo por la mañana, Rodríguez afirmó que no hubo problemas médicos o de seguridad asociados con las ventas de cannabis.

Outside Lands
Miles vinieron a Grass Lands para disfrutar probando varios productos en un entorno legal al aire libre.
(Carolyn Cole/Los Angeles Times)

“Todos estamos aprendiendo juntos”, dijo Abel Charrow con Kiva Confections, cuyos habaneros de piña y gominolas de bayas silvestres lograron largas filas a $5 por un paquete de dos.

Outside Lands también puede ofrecer lecciones sobre lo que el estado y la industria legal no pueden controlar. A pesar de que la presencia de marihuana se incorpora rápidamente, el cannabis también continúa siendo una fuente sólida de actividad ilegal a través del uso público y las ventas en el mercado negro.

Durante los primeros seis meses de este año, las autoridades estatales presentaron 19 órdenes de allanamiento a vendedores sin licencia, confiscando más de 2.500 libras de productos ilegales de marihuana con un valor minorista de $16.5 millones, según datos publicados el mes pasado. El estado también ha incautado $219.874 en efectivo de tiendas ilegales de cannabis.

Algunos líderes de aplicación de la ley de California dicen que el experimento Outside Lands sólo alentará a más personas al abuso de la hierba.

“Ciertamente tenemos inquietudes cuando hay tantas personas en un evento que ingieren cannabis o alcohol, o cualquier cosa que pueda causar un impedimento para alguien, particularmente con aquellos que conducen”, dijo Ronald Lawrence, presidente de la Asociación de Jefes de Policía de California.

Lejos de Grass Lands en los acres y campos de Outside Lands, fue fácil detectar el uso ilegal de marihuana y las ventas. Aunque la presencia policial fue fuerte, con los miembros del equipo SWAT patrullando abiertamente por primera vez a raíz de los tiroteos masivos en Gilroy, California, El Paso y Dayton, Ohio, la aplicación de las leyes sobre el cannabis parecía escasa.

Sentados en una ladera soleada mirando a los rockeros populares, Caamp el sábado por la tarde, Dan y Helsi Robino fumaban un ‘porro’ de la potente cepa Gorilla Glue. Dan Robino dijo que lo compraron legalmente fuera del festival y lo infiltraron porque era más barato. Helsi Robino, un gerente de proyecto que vive en Oakland, dijo que dudaba que visitaran Grass Lands porque estaba fuera del camino y le preocupaba que la multitud fuera la “hora de los aficionados”.

“Siento que las personas que lo compran aquí... probablemente sólo fuman en festivales, por lo que no saben lo que están haciendo”, dijo.

A pesar de las ventas legales en el área de Grass Lands, hubo algunas ventas ilegales en Outside Lands.
(Carolyn Cole/Los Angeles Times)

Más cerca del escenario principal, Zoldt, quien pidió que no se usara su apellido porque estaba vendiendo ilegalmente de un frasco de vidrio, dijo que el comercio legal no había afectado su negocio.

Este es el segundo año que el distribuidor de 25 años ha vendido ‘porros’ pre-fabricados en el festival, hechas de lo que él describe como una cepa sativa “de la vieja escuela” llamada ‘schrom’, y cree que ganará lo suficiente para financiar hasta dos semestres en la Universidad Estatal de San Francisco donde estudia ciencias políticas.

En su mayoría, dijo, la gente le comentó que le estaban comprando porque no les gustaban los precios de Grass Lands. Al igual que muchos artículos en el festival, donde las cervezas cuestan $13 y una copa de champán hasta $24, el cannabis puede alcanzar una cifra premium.

“Parece más fácil sólo porque puedo decir, ‘bueno, este es un precio promedio real, ya que es lo que normalmente pagarías en otro lugar, en vez de los costos de Outside Lands’”, dijo Zoldt. “Al final, es sobre todo capitalismo”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio