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Trump ordena el cierre de la mayor parte del tráfico en la frontera con México

La frontera Estados Unidos-México, cerca de Tijuana, Baja California.
(ASSOCIATED PRESS)
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Estados Unidos y México han llegado a un acuerdo para restringir todos los viajes no esenciales a través de su frontera compartida en un esfuerzo por frenar la propagación del coronavirus, dijo el presidente Trump el viernes, añadiendo que estaba invocando la Ley de Producción de Defensa para aumentar la producción de suministros médicos necesarios.

El plazo para la presentación de impuestos se ha ampliado del 15 de abril al 15 de julio, añadió Trump, señalando que las personas que tienen reembolsos pendientes pueden presentarlos antes de tiempo.

“Nuestros dos países saben la importancia de trabajar juntos para limitar la propagación del virus y asegurar que el comercio que apoya a nuestras dos economías siga fluyendo”, declaró el secretario de Estado Michael R. Pompeo después de anunciar el acuerdo con México.

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Las nuevas restricciones fronterizas, junto con las que se anunciaron el miércoles con Canadá “protegerán la salud de las tres naciones y reducirán el incentivo para una migración mundial masiva que agotaría enormemente los recursos que se necesitan”, manifestó Trump.

En virtud de las nuevas reglas, la Patrulla Fronteriza comenzará a devolver a todos los inmigrantes indocumentados directamente a México o Canadá cuando sean capturados en la frontera, en lugar de detenerlos en EE.UU, anunció Chad Wolf, el secretario interino de Seguridad Nacional.

“Estamos tratando ambas fronteras por igual... las fronteras del norte y del sur”, precisó Trump.

Trump también elogió a dos frecuentes adversarios demócratas, el gobernador de California Gavin Newsom y el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, y dijo que “los aplaudo” por “tomar medidas muy audaces” para limitar las actividades en sus estados.

Las nuevas restricciones no se aplicarán al comercio entre los dos países, señaló Trump, aunque sin duda añadirán tensión adicional a una economía mundial que ya se tambalea bajo el peso de esta crisis. La noticia sigue a varios días de discusiones, que Pompeo confirmó el jueves por la noche.

Los controles fronterizos fueron diseñados para responder a un momento sin precedentes en la historia de la nación, ya que las preocupaciones de salud pública por la pandemia están impulsando a los funcionarios federales, estatales y locales a cerrar muchas partes de la vida estadounidense.

El Departamento de Estado emitió el jueves su más alto nivel de asesoramiento de viajes, instando a todos los ciudadanos de EE.UU a no viajar al extranjero. El Nivel 4: No Viajes “aconseja a los ciudadanos de Estados Unidos evitar todos los viajes internacionales debido al impacto global de COVID-19”.

Las autoridades han tratado de preparar al país para un aumento del número de personas cuyas infecciones se han confirmado, a medida que las pruebas se amplían y ofrecen un panorama más completo del alcance del brote, que ya se ha extendido a los 50 estados e infectado a más de 14.000 individuos.

El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, restó importancia a la noticia fronteriza mientras hablaba con los periodistas el viernes por la mañana, diciendo repetidamente que los cambios no equivalen a un cierre.

“No estamos hablando de un cierre porque no es eso”, manifestó en una conferencia de prensa en la Ciudad de México. “Se va a restringir, específicamente para el turismo y la recreación”.

Sin embargo, es probable que incluso un cierre parcial de la frontera afecte a la difícil economía de México. Se ha registrado un crecimiento casi nulo el año pasado en México y ahora parece dirigirse hacia la recesión, según los analistas. Esta semana, el peso cayó a un mínimo histórico en medio de las crecientes preocupaciones sobre el impacto del virus y la consiguiente caída de los precios del petróleo.

Cada día, más de 1.6 billones de dólares en bienes y servicios fluyen a través de la frontera, según la Cámara de Comercio de Estados Unidos. También lo hacen alrededor de medio millón de trabajadores legales, estudiantes, compradores y turistas, que cruzan con sus visas.

Mantener la frontera abierta ha sido una gran prioridad del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Frente a las amenazas de Trump de cerrar la frontera por completo en el pasado a menos que México hiciera más para detener la inmigración ilegal, López Obrador respondió aumentando rápidamente las deportaciones de migrantes centroamericanos.

Jodi Goodwin, una abogada de inmigración de la ciudad fronteriza de Brownsville, calificó de “trágico” el cierre de la frontera para los posibles inmigrantes que han quedado varados, en algunos casos durante muchos meses, en los esfuerzos por entrar en Estados Unidos.

“Los pocos abogados aquí en la frontera dependemos de ir a México para poder representar a nuestros clientes. No poder viajar a México hace las cosas monumentalmente más difíciles”, señaló Goodwin.

Expuso que la tecnología como FaceTime y los servicios de mensajería “no pueden sustituir en absoluto las reuniones en persona, especialmente cuando se trata de individuos que son víctimas de traumas y tráfico humano”.

Ya el viernes por la mañana, los solicitantes de asilo que ella representa en el programa “Permanecer en México” tuvieron audiencias en un tribunal de la frontera aplazadas - no se les dijo por qué, apuntó. Unos 2.000 solicitantes de asilo han estado viviendo en un campamento al otro lado del puente fronterizo de Brownsville en Matamoros, algunos desde hace meses.

Muchos estudiantes y trabajadores mexicanos cruzan el puente hacia Estados Unidos diariamente. Otros cruzan al sur para trabajar en maquiladoras de la frontera.

“Tenía una gran cantidad de clientes que viven en este lado y laboran en la industria de la maquila. Dependen de trabajar allí todos los días. Van a tener que tomar algunas decisiones”, reconoció Goodwin.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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