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California gasta millones en proyectos relacionados con la sequía; y no pide prestado para hacerlo

A man stands in a dry reservoir
En el rancho de John Guthrie, en el sureste del condado de Tulare, un embalse está vacío, en abril, debido a la falta de lluvia.
(Gary Coronado / Los Angeles Times)

Los políticos suelen pagar las obras hidráulicas con dinero prestado, no con el fondo general, escribe el columnista George Skelton.

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Los políticos estatales han hecho algo loable que no ha sido anunciado, y ni siquiera se jactaron de ello. Entonces, aquí se los hacemos público.

Autorizaron gastar alrededor de $5.000 millones en proyectos de agua relacionados con la sequía sin cargarlo en la tarjeta de crédito.

Van a pagar en efectivo. Eso les ahorrará a los contribuyentes aproximadamente el doble del costo de los proyectos por intereses agregados.

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Normalmente, los políticos pagan los esfuerzos relacionados con el agua con dinero prestado. Es extremadamente raro que los proyectos se financien con efectivo del fondo general, la principal cuenta bancaria del estado. Se coloca una propuesta de bono en la boleta y los votantes la aprueban. Los inversores compran los bonos y el estado reembolsa a los compradores con intereses durante 20 o 30 años.

Y el estado se endeuda cada vez más.

Hasta las elecciones de noviembre pasado, el estado hacía $7.000 millones en pagos anuales por $80 mil millones en bonos. Además, los votantes habían aprobado $38 mil millones en bonos que aún no se habían vendido.

Luego, en esa elección, los californianos autorizaron $5.5 mil millones más en bonos para la investigación de células madre, con un costo proyectado de $260 millones anuales durante 30 años.

Así como sucede con las familias, es prudente que los gobiernos eviten pedir prestado siempre que sea posible.

En realidad, el gobernador Gavin Newsom y la Legislatura controlada por los demócratas tampoco es que merezcan ser alabados en voz alta por su decisión de reparto, así que mantengámoslo a bajo volumen.

El financiamiento en efectivo no solo era posible, sino prudente. El gobernador y los legisladores habrían hecho un desperdicio imperdonable si hubieran realizado los préstamos de la manera habitual.

Los ingresos fiscales se vertían en las arcas del estado como nunca antes. Se estima que hubo un excedente de dinero discrecional de $38 mil millones. Y el estado acumuló $14 mil millones adicionales en ingresos inesperados desde que el presupuesto estatal actual, de $263 mil millones, entró en vigencia el 1º de julio.

El senador Anthony Portantino (D-La Cañada Flintridge) había presentado una propuesta de bonos de $5.600 millones para suministro de agua, preparación para sequías, protección contra inundaciones y prevención de incendios forestales. En primavera, lo impulsó a través de tres comités contra la débil oposición republicana, luego archivó la legislación cuando llegó al Senado. “Decidí aprovechar la ganancia inesperada [de los ingresos] y no poner un bono en la boleta”, afirma Portantino. “Era lo fiscalmente responsable”.

Las propuestas políticas de Portantino y muchas más (25 proyectos de ley en total) se incluyeron en lo que, como era de esperar, Newsom anunció como “el paquete de acción climática más grande en la historia del estado”. El costo total: $15 mil millones, básicamente pagado en efectivo excedente.

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Oct. 11, 2021

A la parte de “agua y resistencia a la sequía” se le asignaron $5.200 millones para ser distribuidos a lo largo de tres años. De esa cantidad, aproximadamente $400 millones son fondos sobrantes de tres antiguas emisiones de bonos de agua. El resto es dinero nuevo.

Los fondos se gastarán en una amplia variedad de valiosos proyectos. Van desde ayudar a las comunidades pequeñas y de bajos ingresos del Valle de San Joaquín a cavar pozos más profundos donde estos se han secado, hasta ayudar potencialmente a los propietarios de viviendas acomodadas de La Cañada, en el distrito de Portantino, para que cambien sus fosas sépticas derrochadoras.

Según la declaración de Newsom de una emergencia por sequía en todo el estado la semana pasada, se pueden usar fondos separados para desastres a fin de transportar agua potable a pueblos pequeños con pozos vacíos.

No se han identificado proyectos específicos en el paquete de agua. Las entidades locales deben solicitar los fondos a las agencias gubernamentales estatales y, a menudo, aportar su propio dinero.

El cambio de fosas sépticas a alcantarillas, no solo en La Cañada sino en toda California, sería un ahorro de agua. Esto se debe a que el agua de alcantarillado se puede reciclar y utilizar para jardinería, riego y campos de golf. Los desechos sépticos se filtran al suelo y contaminan las aguas subterráneas con nitratos.

“Tiene sentido capturar el agua en lugar de echarla al suelo donde no se utiliza”, dice Portantino. “Y se conserva la capa freática”.

Según él, 2.000 casas de La Cañada tienen fosas sépticas porque el costo de conexión a las alcantarillas es prohibitivo, hasta $150.000 cada una debido a las laderas empinadas y al granito. El objetivo es reducir el costo a los propietarios a un precio más habitual de entre $10.000 y $25.000.

Las conexiones al alcantarillado son parte de una partida de $1.300 millones destinada principalmente a la infraestructura de aguas residuales.

Un gran problema en el Valle de San Joaquín es que los agricultores han estado bombeando en exceso el agua subterránea durante décadas, y está desapareciendo. “Hemos estado extrayendo sin rellenar”, dice la directora estatal de recursos hídricos, Karla Nemeth. “Es realmente importante que estas cuencas de agua subterránea se equilibren”.

Hay $300 millones para ayudar a conseguirlo. Por ley, debe lograrse en un plazo de 20 años.

Eso significará invariablemente el barbecho de cientos de miles de acres. Así que hay $50 millones “para ayudar con la reutilización de la tierra”, afirma Nemeth. Ella sugiere que algunos agricultores podrían pasar de de cultivar a plantar paneles solares a medida que California avanza hacia la energía reutilizable.

¿Debería California dividirse en dos estados? ¿En tres? ¿En seis? Como mínimo, nos espera otra ronda de intriga sobre una eterna pregunta en relación al Estado Dorado.

Sep. 22, 2021

La agricultura consume el 80% del agua desarrollada de California. Una pequeña almendra bebe un galón de agua antes de llegar a la boca humana. El uso urbano e industrial consume solo el 20%.

El drenaje de los acuíferos del Valle de San Joaquín ha provocado que la tierra se hunda varios pies en algunos lugares, dañando gravemente los principales canales de agua. Hay $200 millones para reparaciones de canales durante dos años.

Otro gran problema de las aguas subterráneas se encuentra en los valles de San Fernando y San Gabriel. Los acuíferos fueron contaminados por la fabricación de aviones. Así que se reservaron $400 millones para la limpieza de aguas subterráneas.

También se han apartado $500 millones para ayudar de forma inmediata a los gobiernos locales a gestionar la escasez de agua y aliviar la sequía. “Estamos preparando a California para un tercer año seco”, remarca Nemeth.

Pero también se están preparando para una posible lluvia intensa, como la que recibió gran parte del estado en los últimos días.

Hay $638 millones para reforzar el control de inundaciones. Afortunadamente, hay dinero disponible.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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