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La Patrulla Fronteriza desechaba las pertenencias de los migrantes; un conserje las rescató y las fotografió

Tom Kiefer, que fotografió objetos confiscados en la frontera con México, tiene su proyecto “El Sueño Americano” a la vista en el Centro Cultural Skirball.

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A la distancia, es difícil distinguir los detalles de una fotografía de color amarillo brillante que parece una obra de arte pop. Pero de cerca, la variedad de objetos cuidadosamente organizados (píldoras de colores, envolturas y ungüentos para tratar dolencias como acidez estomacal, diarrea y dolores de cabeza) se hacen visibles. Incluso hay insulina entre el caos ordenado.

Todos estos artículos fueron confiscados a migrantes y solicitantes de asilo que caminaron por el desierto en un intento de cruzar la frontera entre Estados Unidos y México.

Considerados potencialmente letales o no esenciales por los funcionarios fronterizos, los medicamentos fueron desechados, junto con otras pertenencias personales, durante las primeras etapas de procesamiento en una instalación de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en el sur de Arizona.

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Mientras trabajaba como conserje en las mismas instalaciones de 2003 a 2014, el fotógrafo Tom Kiefer recolectó en secreto las pertenencias y luego comenzó a fotografiarlas.

Más de 100 de sus imágenes componen la exposición “El Sueño Americano/The American Dream: Photographs by Tom Kiefer”, expuesta en el Centro Cultural Skirball hasta el 8 de marzo.

Algunas fotos son grandes. Una presenta 15 botellas de plástico negro de alta resistencia envueltas en restos de ropa o mantas. En otra, 32 CD etiquetados con títulos que incluyen “Super Sappy Songs for Issa 2”, “Brown Pride” y “Boogie Nights” están espaciadas uniformemente sobre un fondo rosa chicle.

Fotografías más pequeñas -de una carta de amor, piezas de joyería, un llavero de pata de conejo- muestran artículos individuales incautados y descartados por los funcionarios fronterizos.

Tirar las pertenencias personales “subraya la crueldad del castigo provisional que el gobierno siente la necesidad de imponer a estas personas”, consideró Kiefer. “Está claro que la mayoría de ellos son decentes, contribuyentes y que no quieren nada más que una vida mejor para ellos o para su familia”.

Kiefer se mudó a Ajo, Arizona, en 2001, después de 20 años de trabajar como diseñador gráfico y luego como propietario de una tienda de antigüedades en Los Ángeles. En busca de una vida más asequible, compró una casa y comenzó a viajar por el país para fotografiar edificios, paisajes y marcadores culturales, “las cosas que hacen que Estados Unidos sea Estados Unidos”, afirmó.

En 2003, tomó un trabajo de medio tiempo como conserje en unas instalaciones de Aduana y Protección Fronteriza de Estados Unidos cerca de Ajo, para poder seguir adelante con su práctica creativa.

Uno de sus primeros recuerdos vívidos del trabajo fue ver la comida enlatada que llevaban los migrantes. En sus primeros dos años allí, los agentes recogían las latas y las llevaban a un banco local de alimentos. Pero cuando asumió el nuevo liderazgo, se les pidió que dejaran de donar la comida. “Durante los siguientes dos años, presencié cómo se tiraban innecesariamente todos esos alimentos”, remarcó Kiefer.

Después de pedir permiso para recolectar la comida nuevamente, entró en contacto con otras pertenencias.

Los primeros artículos que llamaron la atención de Kiefer fueron 15 a 20 cepillos de dientes. En ese momento, no pensó en fotografiarlos. Simplemente se sintió obligado a sacarlos de la basura. “Cuando comencé a ver un rosario, una Biblia o una billetera, me di cuenta de que nadie me creería si recogía esos artículos”.

Pasaron alrededor de seis años de recolección (mantas, teléfonos celulares, papel higiénico, medicamentos para la depresión, cordones de zapatos) antes de que Kiefer comenzara a fotografiar.

El primer tema fue una montaña de botellas de agua. Diez imágenes después de comenzar con la documentación, algo hizo clic. El artista reunió cepillos y peines sobre un fondo negro. “Después de fotografiarlo y mirarlo, sintió: ‘Dios mío, aquí hay algo’”, comentó Kiefer.

El color es un componente esencial de las fotos, una forma de inyectar humanidad en cada pertenencia personal, expuso Kiefer. Filmar los elementos en el mismo fondo “no estaría bien, parecería una observación científica de algo”.

'El Sueño Americano | The American Dream: Photographs by Tom Kiefer'

Dónde: Skirball Cultural Center, 2701 N. Sepulveda Blvd., Los Angeles

Cuándo: Noon-5 p.m. Tuesdays-Fridays, 10-5 p.m. Saturdays-Sundays, through March 8

Admisión: $7-$12 (gratis los jueves)

Info: www.skirball.org

El color y la composición de los objetos cotidianos en las fotografías atraen a la gente, afirmó la curadora de Skirball, Laura Mart. Pero también es “como una puñalada en el estómago, y eso es precisamente algo que creo que le da poder a este trabajo: que atrae con su belleza y luego tiene un trasfondo profundamente triste”.

Una de las mayores tragedias de la muestra, agregó Mart, “es que no tenemos forma de saber realmente quiénes son estas personas, quién llevó estas cosas, qué les sucedió y qué están haciendo ahora”.

Kiefer estima que tiene más de 100,000 artículos recolectados y almacenados en su estudio y otros espacios alrededor de Ajo. La palabra que usa para describir cómo hace frente a la magnitud de su colección: compartimentar.

“Definitivamente hay un peso psicológico y emocional en todo esto”, afirmó. “Pero como yo... los salvé del vertedero, tengo una conexión personal con estos objetos”.

Alrededor del 90% de las pertenencias no han sido fotografiadas. “El Sueño Americano” es un proyecto en curso que Kiefer planea prolongar por mucho tiempo.

“No es físicamente posible”, reconoció el fotógrafo, de 60 años. “Y para hacerlo de la manera en que lo hago, [considerando que] estos objetos son sagrados y que los abordo con profunda reverencia y respeto... tendría que vivir hasta los 100 años”.

Kiefer planea donar los artículos a una institución o universidad para que puedan vivir como documentos históricos de cómo el gobierno ha tratado a los migrantes. Espera que la exposición eduque al público, y posiblemente lo inspire a la acción. “Nuestro gobierno en realidad está quitando a las personas una Biblia o un rosario”, dijo. “Qué retorcido es eso”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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