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Desde juguetes hasta modelos de Tesla, el coronavirus de China interrumpe el flujo de negocios internacionales

Trabajadores fabrican ropa para protegerse contra el coronavirus en una fábrica en Wuxi, en la provincia oriental china de Jiangsu, el 8 de febrero.
(STR/AFP/Getty Images)
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¡Al igual que muchos otros productos básicos y lujos estadounidenses, las muñecas L.O.L. Surprise! están hechas en China. MGA Entertainment, con sede en Chatsworth, las fabrica en la provincia de Guangdong, las transporta en camiones al puerto de Yantian Harbor, las carga en barcos y las traslada a Estados Unidos, donde los populares juguetes se distribuyen a los minoristas hasta terminar en manos infantiles. El proceso transcurrió sin problemas durante años. Hasta que llegó el brote de coronavirus, y la cadena de suministro comenzó a trastabillar.

La situación es “un desastre, francamente”, aseveró el presidente ejecutivo de MGA, Isaac Larian. La producción de los juguetes de su compañía cayó un 60% en comparación con este mismo período del año pasado. Para seguir adelante, afirmó, sólo completan pedidos parciales: “Si un minorista quiere 100,000 artículos, le entregamos 15,000 o 20,000”.

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La actividad en las fábricas chinas se ha ralentizado o detenido. Menos barcos cargueros provenientes de esa nación atracan en los puertos del sur de California. El gasto de los turistas chinos en Los Ángeles podría hundirse casi $1,000 millones este año.

Los compradores estadounidenses también podrían notar faltantes en los estantes de las tiendas a mediados de abril, señaló el analista Edward J. Kelly, de Wells Fargo Securities, en una nota que envió a sus clientes la semana pasada. Los grandes minoristas, como Walmart y Target, “podrían ser los primeros en experimentar problemas de falta de existencias” porque se reabastecen más rápidamente, escribió.

En caso de que la epidemia pueda contenerse rápidamente, el efecto general sobre la economía de California será a corto plazo, con pérdidas de empleo mínimas, estimó Lynn Reaser, economista jefe del Fermanian Business & Economic Institute de la Universidad Point Loma Nazarene.

“La mayor parte del perjuicio se verá en los resultados de estas compañías”, expuso. “Por lo tanto, no será necesario implementar despidos a largo plazo de los empleados involucrados en California”.

Aún así, la experta destacó que las empresas de tecnología de California probablemente sufrirán una caída en las ventas y ganancias, especialmente aquellas que dependen de partes provenientes de China y de la venta de bienes y servicios a esa nación.

No obstante, Larian teme que el virus pueda “causar una gran desaceleración en todo el negocio de bienes de consumo: electrónica, calzado, indumentaria”.

El momento del brote fue clave, porque los trabajadores de las plantas chinas habían regresado a sus pueblos de origen durante dos semanas para celebrar el Año Nuevo Lunar, el pasado 25 de enero, y “ahora están atrapados, no pueden volver a las fábricas” debido a las cuarentenas, detalló la economista.

“Algunas de las fábricas que abrieron no pueden obtener materias primas, como telas y plásticos, para los productos. Y si logran fabricarlos, no pueden transportarlos a los barcos porque las cuarentenas implican que no se puede viajar de un área a otra”, dijo.

El fabricante de juguetes rival, Mattel Inc., en El Segundo, también citó ese problema el viernes pasado cuando anunció que sus fábricas chinas y las de sus socios contractuales, que debían reiniciar la producción el 3 de febrero, permanecerían cerradas hasta el lunes.

“Esperamos retrasos en la producción”, señaló el director financiero de Mattel, Joseph Euteneuer, en una llamada con analistas.

“Si bien ninguno de nuestros fabricantes se encuentra en la provincia de Wuhan”, donde comenzó el brote de coronavirus, “la capacidad de la fuerza laboral de fabricación para volver a trabajar después de las vacaciones del Año Nuevo Lunar se está viendo afectada”.

Uno de esos trabajadores es Li Jianchao, quien trabaja en una fábrica de animalitos de felpa y muñecas en la ciudad de Dongguan, en el sur de China, pero viajó a la provincia de Jiangxi, en el centro del país, a 500 millas de distancia, durante las vacaciones.

En las últimas semanas no tuvo suerte para contactar a su jefe y regresar al trabajo. “Al principio, dijo que nos contactaría cuando supiera que se podía reanudar la actividad”, comentó Li. “Luego dejó de atender las llamadas de todos”.

Es un problema que se siente en todas las industrias. Los socios de fabricación de Apple Inc., como Hon Hai Precision Industry Co., también conocida como Foxconn, impusieron cuarentenas a los trabajadores que regresan de las vacaciones este mes, lo cual provocó un alto en las operaciones de ensamblaje de dispositivos.

“Detectamos que el número [de casos del virus] no da señales de ir disminuyendo”, apuntó Gerrit Schneemann, analista sénior de teléfonos inteligentes de la firma de investigación IHS Markit. “Parece que esto continuará al menos por un par de semanas más”.

Los retrasos “serán un shock para el sistema e interrumpirán aún más la cadena de suministro para Apple, tanto en su franquicia principal de iPhone como en la producción de unidades de AirPods, que ya enfrenta una escasez”, indicó el analista Dan Ives, de Wedbush Securities, en una nota reciente.

China fabrica el 80% de los teléfonos inteligentes y las tabletas del mundo, y exporta el 55% de los teléfonos inalámbricos y computadoras a nivel global, según una investigación del banco suizo UBS.

A principios de este mes, Facebook Inc. dejó de aceptar nuevos pedidos de sus auriculares de realidad virtual Oculus Quest, debido a retrasos en la producción de hardware por el brote viral.

Amazon.com instó a los vendedores de terceros chinos en su sección de Marketplace a alertar a los compradores sobre la posible interrupción de los pedidos y considerar la posibilidad de colocar su estado como ‘en modo vacaciones’, para evitar incurrir en bajas calificaciones de los clientes, según los mensajes a los vendedores vistos por The Times.

Qualcomm Inc., el gigante de fabricación de chips con sede en San Diego, advirtió a los accionistas en una llamada de informe de ganancias que el virus había introducido una “incertidumbre significativa” en la cadena de suministro en el extranjero de la compañía, y el presidente ejecutivo de la firma, Steve Mollenkopf, calificó el brote como una “situación sin precedentes”.

Según Chui Yin Chau, un analista de la industria de realidad virtual y aumentada de Greenlight Insights, no hay un final claro para este caos. “Cuando hablamos con los fabricantes, no pueden dar una estimación” de cuándo volverían a la producción total, señaló Chau.

“La mayoría de ellos reanudará la producción esta semana, pero aún depende de muchos factores externos, por lo cual no pueden garantizar nada”.

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El efecto en las cadenas de suministro se extiende al Puerto de Los Ángeles -junto con los trabajadores portuarios, los camioneros y la vasta red de almacenes y distribución que dependen de él-, todo lo cual ya se había visto interrumpido en los últimos meses debido a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, expuso Gene Seroka, director ejecutivo del puerto.

El funcionario estimó que, en general, habrá unas 80 salidas menos de barcos desde China a Estados Unidos, y 350,000 contenedores de envío menos recibidos en las próximas semanas. El número de contenedores ingresados en los puertos gemelos de Los Ángeles y Long Beach se reduciría un quinto.

El virus también significa que menos chinos visiten el sur de California. Tourism Economics, una división de Oxford Economics, pronostica una pérdida de hasta 325.000 turistas chinos a esta ciudad este año debido al brote, lo cual resulta en una caída de $921 millones en gastos directos. De todas maneras, se espera que el gasto total de visitantes en Los Ángeles aumente.

Más de 100,000 personas convergerían en Barcelona, España, la próxima semana, para el evento de celulares más grande del mundo, Mobile World Congress (MWC), pero este finalmente se canceló el miércoles pasado, por el virus.

Conforme David Schwartz, un historiador del juego y profesor de historia de la Universidad de Nevada, Las Vegas, el efecto del brote de coronavirus en esa ciudad aún no está claro y cree que en marzo habrá más claridad al respecto, cuando se den a conocer los datos detallados sobre el gasto en juegos de azar de enero y febrero. Las cifras del Baccarat, un juego de cartas que prefieren a menudo los jugadores chinos, será revelador.

“La pregunta clave es, si se propaga, ¿generará un cambio en el comportamiento de viaje?”, expuso. “Si está contenido y desaparece con bastante rapidez, no tendrá un gran impacto”.

Algunos de los propietarios de casinos más grandes de Las Vegas, como Wynn Resorts, Las Vegas Sands y MGM Resorts International, pueden sufrir los golpes más grandes porque además son dueños de resorts en Macao, una región autónoma de China donde los casinos fueron cerrados.

Mientras tanto, los estadounidenses también dejan de viajar por miedo a la infección. Travel Leaders Network, un grupo que reúne a 5.700 agencias de viajes en América del Norte, encuestó a cerca de 400 asesores turísticos; casi un tercio reportó un número alto a moderado de cancelaciones a China y otras partes de Asia.

Anoosheh Oskouian, directora ejecutiva de Ship & Shore, un proveedor de equipos de reducción de la contaminación de Signal Hill, admitió que no viajará a China para verificar la actividad en una fábrica por temor a contraer el virus.

La empresa se convirtió en copropietaria de una planta en China a fines del año pasado, para compensar los costos de aranceles más altos sobre los productos que importa.

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“Esta es la primera vez que fabricamos todo allí y no puedo viajar”, indicó Oskouian. “Yo debería estar en China ahora mismo. Nos encontramos casi completamente sin noticias de las personas con las que deberíamos estar en contacto regularmente. Es uno de esos problemas para los que es difícil desarrollar una solución”.

Una amplia franja de empresas estadounidenses que venden productos y servicios en China también están perdiendo ventas debido al virus.

McDonald’s Corp., Nike Inc. y Starbucks Corp. ya han cerrado decenas de tiendas en China. La firma de ropa Under Armour Inc. señaló que el brote generaría una caída en sus ventas de entre $50 y $60 millones.

Skechers USA Inc., el fabricante de calzado con sede en Manhattan Beach, también informó “un número significativo de cierres temporales de tiendas” y reconoció que sus ventas en establecimientos en China -o las de las tiendas abiertas al menos hace un año- fueron “inferiores al promedio”.

Walt Disney Co. cerró temporalmente sus parques temáticos en Shanghái y Hong Kong, una medida que reduciría $175 millones de sus ingresos operativos del segundo trimestre.

El coronavirus también afectó la floreciente industria cinematográfica de China continental; casi todos los cines del país están cerrados, y los estudios chinos y estadounidenses sienten los efectos de la pausa.

Durante las vacaciones del Festival de Primavera, que se llevó a cabo del 24 de enero al 12 de febrero, las ventas en taquilla totalizaron alrededor de $3,94 millones, en comparación con los $1,500 millones en el mismo período de vacaciones del año anterior, según Artisan Gateway, una consultora que sigue la Industria cinematográfica china.

Para los estudios fuera de China, incluidas las compañías de Hollywood que a menudo dependen de la población masiva del país para obtener fuertes resultados para sus largometrajes, el mercado prácticamente se desvaneció temporalmente debido al brote.

Las películas importadas recaudaron apenas $37,8 millones en los cines chinos en lo que va del año, un 86% menos que en el mismo período en 2019, según datos de Artisan Gateway.

Mientras tanto, Tesla Inc. cerró su nueva planta de ensamblaje en Shanghái del 2 al 10 de febrero, pero no está claro qué porcentaje de la producción se ha reanudado. La automotriz Fremont tenía como objetivo construir 150.000 autos eléctricos en las instalaciones este año. “Se desconoce si las cadenas de suministro globales, en particular las de partes automotrices, se verán afectadas si la epidemia persiste durante un período prolongado”, afirmó Tesla en su informe anual de 2019, que fue dado a conocer en días pasados.

En total, el virus interrumpirá la producción de al menos un millón de vehículos en toda la industria, precisó la Asociación China de Fabricantes de Automóviles. Incluso si el brote se estabilizara hoy mismo, “pasarían tres semanas antes de tener una visibilidad real” sobre su efecto en los fabricantes de autos; “y todos tienen sus propios planes para reducir o aumentar la capacidad”, remarcó Dan Hearsch, director gerente de la empresa consultora AlixPartners.

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A principios de este mes, el fabricante europeo de aviones comerciales Airbus cerró temporalmente una línea de ensamblaje final de su avión A-320 en Tianjin, China, pero la compañía señaló el jueves que había sido autorizada por las autoridades de ese país para reabrirla. Airbus no especificó cuándo se reiniciaría la actividad o cómo el cierre afectó su negocio.

“Airbus evalúa constantemente la situación, supervisa los posibles efectos secundarios en la producción y las entregas, e intentará mitigar [cualquier problema] mediante planes alternativos cuando sea necesario”, aseveró Airbus.

Debido a las estrictas regulaciones gubernamentales, la industria aeroespacial estadounidense por lo general no importa componentes de China, aunque los materiales chinos se usan en fabricaciones en otras partes del mundo y, eventualmente, podrían así terminar en aviones y otros vehículos de EE.UU.

Peltz informó desde Los Ángeles y Pierson desde Singapur. Los reporteros de planta de The Times Hugo Martin, Ronald D. White, Ryan Faughnder, Russ Mitchell, Sam Dean, Suhauna Hussain y Samantha Masunaga contribuyeron con este artículo. Nicole Liu, de la oficina de The Times en Beijing, contribuyó con este informe.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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