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Yo era la cita más exigente del mundo. Y ningún hombre podía estar a la altura

Lo admito. Yo era la cita más exigente del mundo.
(Jonathan Bartlett / For The Times)
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Me uní al mundo de las citas en línea por capricho. Había roto con mi novio de dos años y estaba lista para embarcarme en el resto de mis 20 años con un nuevo romance.

Alguien sugirió Tinder. Esto fue en el 2014, cuando Tinder era bastante nuevo y las citas detrás de una pantalla aún no se habían deshecho totalmente de su estigma. Mi familia no me apoyó. Eventualmente, me uní a OkCupid y Match.com para diversificar mi portafolio.

Y todos los lunes por la mañana, mantenía a mis compañeros de trabajo cautivados con mis desventuras en las citas.

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En verdad, yo era la cita más exigente del mundo.

No quería salir con un hombre que midiera menos de 5 pies 10 pulgadas.

No quería salir con nadie que tuviera hijos. (No estaba preparada para los niños, y no quería ser la madrastra de nadie).

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Cualquier hombre divorciado tampoco era mi tipo. Supuse que tendría demasiados compromisos.

No quería salir con un “actor”, “modelo” o “promotor de clubes” ni con nadie en la industria del entretenimiento. Buscaba un médico, abogado, profesor u oficial de policía.

Mi nuevo novio tendría que tener entre 25 y 28 años. Los hombres jóvenes eran demasiado juveniles, y los hombres mayores eran demasiado viejos. No quería a alguien que quisiera aprovecharse de una veinteañera porque sus dos primeras esposas no dieron resultado.

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Abr. 26, 2020

Y no quería salir con alguien que no fuera negro.

Sé cómo suena eso, pero soy una mujer negra y nunca había salido con un hombre blanco. Supongo que no pensé que el hombre blanco promedio en Los Ángeles tuviera algo en común con una chica negra que creció en el centro de la ciudad.

Así que puse a funcionar los filtros de la aplicación de citas para encontrar al chico perfecto para mí. No dejé ninguna piedra sin remover en mi búsqueda del mejor candidato. Leí el perfil de una posible cita como si estuviera solicitando un trabajo en el FBI.

Lamentablemente, no hay filtros para determinar si alguien todavía vive de su madre o tiene cinco compañeros de cuarto o un tatuaje de “Mi Pequeño Pony” en su espalda.

Mis padres tenían miedo de que mi selectividad me llevara a estar sola, a excepción de varios gatos adorables.

Mi lista de “no candidatos” no paraba de crecer.

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Inspeccioné y critiqué cada foto de perfil cuidadosamente seleccionada que se muestra en las aplicaciones de citas: si posaba con mujeres, no pensaba que fuera serio. Demasiados selfies hacían que un hombre pareciera narcisista. No me gustaba la arrogancia de posar frente a un auto de lujo o un viaje a un lugar exótico como Giza, Egipto. Quería que un hombre se viera bien pero no demasiado perfecto. (De lo contrario, podría preocuparse más por sí mismo que por mí).

Me encantaban las barbas, la ropa hecha a medida y un trabajo con beneficios. Como maestra, ganaba un ingreso estable, con seguro de salud, y no quería a alguien que al menos no pudiera encontrarse en el medio.

Algunas veces un hombre cumplía con la mayoría de mis requisitos y yo salía en una cita. Curiosamente, caí en un patrón de ser ignorada por los chicos justo cuando mi corazón se derretía un poco y empezaban a gustarme.

Yo era una perfeccionista mezquina.

No me di cuenta de eso hasta más tarde, cuando permití que un doble de Stephen Curry de ojos verdes de Los Ángeles me diera evasivas durante meses. Le permití ser mi amigo con beneficios porque estaba convencida de que este hombre era la pareja perfecta, si tan sólo pudiera sentar cabeza y darse cuenta de que yo era la indicada.

No sucedió.

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Abr. 25, 2020

Fue por pura desesperación (¿o simplemente había agotado todos mis emparejamientos de Tinder?) que finalmente comencé a “desmarcar” ciertos filtros en mi perfil de OkCupid, como la edad, la distancia y, eventualmente, la raza. No respondí necesariamente a los mensajes de hombres fuera de mi rango demográfico preferido, pero la clave era hacerme sentir como si tuviera más opciones.

Una de las compañeras de trabajo a las que había entretenido durante mucho tiempo con mis historias de citas, una mujer negra como yo, había estado saliendo con un hombre judío durante unos años y acababa de comprometerse. Hmmm.

En varias ocasiones me había alentado, con poco éxito, a tener citas fuera de mi zona de confort. Ella sabía que yo tenía en mi mente cierto tipo de hombre. También sabía que, desafortunadamente, sólo había unos pocos doppelgängers (dobles) de Drake con trabajos bien remunerados que no tenían hijos o exnovias locas.

Finalmente, tuve que volver a la realidad. La mayoría de los hombres en Los Ángeles eran tipos normales con una variedad de antecedentes, y a muchos les gustaría llegar a conocerme. Yo me había negado a conocerlos.

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Abr. 24, 2020

Después de dos años más de éxito limitado en cualquier plataforma de citas en línea, dejé que mi compañera de trabajo me emparejara con uno de los buenos amigos de su esposo.

Ella había planeado arreglarme una cita con él antes, pero sabía que yo tenía un cierto perfil de hombre en mente y que lo habría rechazado antes de conocerlo. Finalmente me mostró una foto de él en Instagram.

Era blanco.

No era tan alto.

Y estaba en la industria del entretenimiento.

Más tarde, me envió un pequeño video de él en el trabajo. Tuve que admitir que tenía una voz sexy y era adorable. Le estaban celebrando con un pastel que había firmado con una compañía discográfica como escritor interno.

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Abr. 24, 2020

Lo que realmente me gustó de él fue lo humilde que parecía, a pesar de las circunstancias. Y me di cuenta de que tenía los ojos azules más brillantes que jamás había visto.

Respondí con el emoji de ojos enormes. BIEN. Estaba dispuesta a intentarlo.

Nos conocimos un mes después. Nos enamoramos en pocas semanas. Y nos casamos a los pocos meses.

Sorprendentemente, él es todo lo que había filtrado de mi perfil de citas.

Pero ahora sé que él es todo lo que siempre he querido y espero que alguna vez necesite.

Lección. Aprendida.

La autora es maestra de educación especial del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles y ha escrito varias novelas de ficción cristiana. Está en Instagram @destiny.lavigne.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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