El coronavirus aumenta entre niños y adolescentes en California
Los casos de coronavirus entre niños y adolescentes están aumentando en California, hasta un 150% con respecto al mes pasado, una tasa que supera a los episodios de COVID-19 en general y establece a los menores como una pequeña pero creciente proporción de los casos de la enfermedad en el estado.
El incremento también parece superar la cifra de casos infantiles a nivel nacional, que creció un 40% en la segunda quincena de julio, según un estudio de la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación de Hospitales de Niños.
En todo el país, los menores con COVID-19 representaron alrededor del 8.8% de la totalidad de casos a fines de julio, en comparación con el 9% en California, encontró el análisis.
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Ese número sigue aumentando, y se registran más de 50.000 incidentes entre niños y adolescentes en California hasta esta semana, lo cual representa alrededor del 9.5% del total, según datos del Departamento de Salud Pública de California. La cantidad aún se ve eclipsada por los casos nuevos entre adultos de 18 a 50 años, que representan la mayoría en todo el estado.
Los datos surgen en medio de un acalorado debate sobre cuándo y cómo se permitirá el reinicio de clases en escuelas y de qué manera será la vida de los estudiantes y maestros cuando eso ocurra.
El gobernador Gavin Newsom afirmó el lunes que el estado ha visto “señales alentadoras” en algunas métricas clave, pero “no el tipo de estabilidad... que realmente necesitamos”.
Los mayores empleadores de L.A. se esforzaron por adaptarse a las necesidades de los padres en marzo, cuando las escuelas cerraron por primera vez. Todavía están luchando.
Dicho progreso incluye una disminución del 19% en las hospitalizaciones por coronavirus en las últimas dos semanas, y una baja del 13% en las admisiones a las unidades de cuidados intensivos, detalló Newsom. Aproximadamente el 8% de los pacientes de hospitales estatales están siendo tratados por COVID-19, en comparación con el 9% de la semana pasada.
Un nuevo sistema de California podría permitir que los funcionarios de salud pública locales otorguen exenciones para reabrir algunas primarias si los condados circundantes cumplen con ciertos estándares estatales. Los funcionarios han afirmado que los condados con tasas de transmisión de coronavirus superiores a 200 casos por cada 100.000 habitantes no deberían postularse.
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A medida que caigan las tasas de hospitalización y las admisiones a unidades de cuidados intensivos (UCI), “más condados tendrán la oportunidad de considerar el proceso de exención y determinar si es lo correcto” para los distritos escolares locales, anticipó Mark Ghaly, Secretario de Salud y Servicios Humanos de California.
Los funcionarios del condado de Los Ángeles, donde la tasa es de 335 casos por cada 100.000 personas, admitieron que no se permitirá que las escuelas primarias reabran de inmediato. Los maestros, administradores y otros miembros del personal podrán regresar a los edificios escolares si cumplen con el distanciamiento social y se cubren la cara, añadieron las autoridades.
“Necesitamos prepararnos para la alta posibilidad de que, una vez que las escuelas vuelvan a abrir, haya más casos”, contempló la directora de Salud Pública del condado de L.A., Bárbara Ferrer.
Los nuevos brotes desde Australia hasta España subrayan la implacabilidad del coronavirus, ya que las infecciones superan los 18 millones en todo el mundo.
Aunque los episodios entre los niños están aumentando, los adultos jóvenes entre los 18 y 34 años siguen representando una gran proporción de nuevos casos de coronavirus en California.
Los funcionarios de salud relacionaron una serie de brotes de adultos más jóvenes y campus universitarios, incluidas al menos 45 personas vinculadas a tres fraternidades de USC, un grupo de jugadores de fútbol americano de UCLA que regresaron al campus y dieron positivo, y docenas de casos en UC Berkeley ligados a fiestas de fraternidades.
Las personas más jóvenes pueden sentir que las precauciones, como el distanciamiento social y cubrirse la cara, no son importantes porque tienen un riesgo bajo de enfermarse gravemente o morir a causa del virus.
Pero los expertos remarcan que los jóvenes pueden convertirse en “súper transmisores”, contagiando la enfermedad a los vulnerables, incluidos sus parientes mayores y personas con enfermedades subyacentes. “Son incómodos, generan sudor”, reconoció Ferrer, refiriéndose a los cubrebocas. “Pero nos protegen a todos”.
Las competencias y otros eventos deportivos para jóvenes siguen prohibidos en California, pero los funcionarios permitieron la reanudación de ciertas actividades de entrenamiento y preparación.
Todos los jugadores y entrenadores deben mantener una distancia física de al menos seis pies y evitar el contacto físico interpersonal. Todos deben cubrirse la cara a menos que estén nadando, comiendo, bebiendo o haciendo mucho ejercicio, indicó Ferrer. También se disuadió a los atletas de compartir equipamiento deportivo o botellas de agua.
Los niños menores de dos años no deben usar cubrebocas, añadió la funcionaria. Tampoco debería hacerlo quien tenga problemas para respirar, esté inconsciente o “quien no pueda quitarse la mascarilla sin ayuda”, precisó.
Ben Welsh, redactor de planta de The Times, contribuyó con este reporte.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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