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Dos hermanos recaudan y donan 230 mil dólares para construir casas; la Casa Blanca lo sabe

Daniella Benítez y su hermano, Gabriel
Desde hace seis años, Daniella Benítez ayuda a construir casas en Tijuana para familias con pocos recursos. Su hermano, Gabriel, la acompaña.
(GG Benitez)

El presidente Joe Biden reconoció a los adolescentes por su labor en beneficio de las familias mexicanas de escasos recursos.

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Aunque la pandemia impidió a dos adolescentes de la ciudad ir a Tijuana a construir casas para familias necesitadas, no dejaron de lado su habitual filantropía.

Los hermanos de San Diego, Daniella y Gabriel Benítez, de 17 y 15 años, siguieron recaudando dinero para la construcción de las sencillas casas, cada una de las cuales cuesta 16 mil dólares, con mobiliario.

También se mantuvieron en contacto a distancia con los destinatarios de las casas a través de FaceTime. Las familias que esperan a menudo no tienen hogar o están hacinadas en chozas improvisadas con suelo de tierra que carecen de electricidad, agua corriente, plomería, cocina, baño u otras de las comodidades de un hogar.

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Ahora, a través de su participación con la organización local sin ánimo de lucro Build A Miracle (BAM), que selecciona a las familias que cumplen sus requisitos y supervisa la construcción, los hermanos Benítez están recuperando el tiempo de construcción perdido.

El 18 de septiembre, Daniella y Gabriel se unieron a BAM en Tijuana para verter una losa de concreto para un proyecto de 16 mil dólares que fue posible gracias a los esfuerzos de recaudación de fondos de Gabriel.

El 9 de octubre, volverán a hacer lo mismo para una casa que Daniella está patrocinando. Y el 23 de octubre, los hermanos esperan comenzar la construcción de su tercera casa de 2021.

Daniella Benítez ayuda a preparar una losa de concreto.
Después de la pandemia, Daniella Benítez, con camisa rosa, regresó a Tijuana el 18 de septiembre con Build A Miracle para preparar una losa de concreto.
(GG Benitez)

Desde que Daniella se ofreció como voluntaria en su primer proyecto de BAM a los 12 años, ella y su hermano, entre los dos, han conseguido donaciones por más de 230 mil dólares y han terminado 11 casas, con tres más en proceso y otras pendientes.

Incluso la Casa Blanca lo sabe.

Recientemente ambos recibieron del presidente el premio Volunteer Service Award en el nivel de oro, el más alto, y una carta de reconocimiento firmada por el presidente Joe Biden en la que se reconoce su “compromiso con el fortalecimiento de nuestra nación y nuestras comunidades a través del servicio voluntario”. El programa está dirigido por AmeriCorps, y los adolescentes fueron nominados por BAM.

“El reconocimiento de nuestro presidente es un honor, y estoy muy agradecida por el premio”, dice Daniella. Gabriel calificó el premio de “genial”.

A Daniella le entró la idea de construir casas cuando su anterior escuela, Notre Dame Academy, apadrinó la construcción de una casa en México en 2016. Después de regresar de ese viaje, decidió comprometerse a recaudar fondos para construir una casa al año. Y ha logrado eso, y más.

Desarrolló una fórmula para conseguir promesas anuales de mil dólares cada una por parte de ella misma y de 15 personas: familiares, amigos, compañeros de clase y vecinos.

Un conocido, que admiraba su espíritu emprendedor, se ofreció a igualar sus 16 mil dólares para pagar otra casa y lo ha hecho tres veces.

En su primer año en la Cathedral Catholic High School, Daniella reunió a un equipo de colaboradores y fundó el Club Build A Miracle para mantener el impulso.

Chris North, cofundador de BAM con su esposa, Julianne, no tenía ni idea de que Daniella solo tenía 12 años. Se impresionó cuando la conoció en Starbucks y ella le entregó una bolsa con cheques y dinero en efectivo por miles de dólares.

El hermano de Daniella se animó a emprender sus propias campañas de recaudación de fondos. Gabriel es ahora secretario del club escolar y espera tomar el relevo cuando Daniella se gradúe la próxima primavera. Su madre, GG Benítez, nunca está lejos de la acción, ofreciendo ayuda y apoyo.

“Estoy muy orgullosa de anunciar que los esfuerzos de estos chicos no han disminuido durante COVID”, dijo.

Daniella Benítez y Gabriel posan con una familia de Tijuana cuya casa empezaron a construir
Daniella Benítez, a la izquierda, y Gabriel, con una camiseta de BAM, posan con la familia de Tijuana cuya casa empezaron a construir el 18 de septiembre.
(GG Benitez)

North dice que no son los únicos estudiantes que han patrocinado casas BAM. Dos estudiantes de Bishop’s School, Evan y Claire Coats, han construido algunas y han participado en un club BAM allí. Ashton Zakar, estudiante de Saint Augustine High, también ha construido casas. Sin embargo, por lo general, los clubes de servicio, las escuelas, las iglesias y los grupos comunitarios y empresariales son los patrocinadores. Los trabajadores de la oficina de Padres terminaron una casa en agosto.

Pero los hermanos Benítez son los que más casas han financiado. “Han ido más allá”, dice North.

Aunque no cruzaron la frontera durante la pandemia, siguieron en línea el festejo por la mudanza de la familia.

El pasado mes de febrero, el “Marvel’s Hero Project” que se emite en Disney+, compartió la historia de Daniella en, “Dynamic Daniella”, uno de los 20 segmentos sobre los proyectos y pasiones de 20 jóvenes. También se produjo un cómic de edición limitada de Marvel con el personaje de Daniella. Ese reconocimiento llevó a la donación de una duodécima casa, la Casa Marvel, construida durante la pandemia.

Daniella también apareció en la revista People, en el programa “Good Morning America” y, con su hermano, en el programa “Today”, tras lo cual una empresa de techos patrocinó una casa en su nombre, dijo North.

Daniella planea seguir construyendo casas de forma filantrópica incluso después de entrar en la universidad.

Sin embargo, gran parte del mérito es de BAM y de Chris y Julianne North. Después de graduarse en diferentes años en la Loyola Marymount University, ayudaron a mejorar un orfanato en Tecate.

Descubrieron que muchos de los niños que vivían allí no eran huérfanos, sino que habían sido entregados por padres sin hogar o incapaces de cuidarlos.

Así que la pareja decidió centrarse en mantener a las familias unidas. En los últimos 22 años, los North y su personal remunerado y los voluntarios han construido 430 pequeñas casas de tres o dos dormitorios en Tijuana.

También han construido ampliaciones de las viviendas existentes y han creado centros de servicios comunitarios, programas de educación y tutoría, laboratorios de informática, asesoramiento y formación laboral. Piden a los beneficiarios de las viviendas que devuelvan la ayuda prestada para la construcción de nuevas casas.

“La pandemia ralentizó el número de voluntarios que pudieron asistir, pero aun así construimos 28 casas”, afirma North. Actualmente, también están trabajando en un proyecto multifamiliar de 24 unidades.

Dejando a un lado el premio del presidente, Gabriel dice: “Para mí, lo mejor es la mirada de las familias para las que construimos cuando entran en las casas”.

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