No espere la ayuda con cheques de estímulo económico y fondos para desempleados por varias semanas
No es probable que se apruebe otra ronda de cheques de estímulo económico para los estadounidenses ni la renovación de los beneficios de desempleo vencidos para los millones que quedaron sin trabajo hasta al menos después del Día del Trabajo, ya que los legisladores abandonaron Washington para un receso de verano sin un acuerdo sobre un paquete de ayuda.
Incluso después de eso, las perspectivas de un acuerdo se ven desalentadoras ya que cada parte culpa a la otra por la ruptura de las negociaciones.
No ha habido conversaciones entre los líderes demócratas del Congreso y la Casa Blanca desde la semana pasada, cuando los funcionarios de la administración Trump se retiraron y luego emitieron cuatro órdenes presidenciales que dijeron que proporcionarían ayuda para el desempleo, aplazarían los impuestos sobre la nómina y detendrían los desalojos. Sin embargo, la legalidad y eficacia de esas acciones seguían siendo dudosas.
El Senado hizo un receso oficial el jueves hasta después del Día del Trabajo y la Cámara se fue la semana pasada. Hay pocas esperanzas de que los líderes puedan llegar a un acuerdo en los próximos días, pero incluso si eso sucediera, los legisladores deberían regresar a Washington para realizar votaciones.
Además, con las convenciones políticas presidenciales que comienzan la próxima semana, es poco probable que los líderes mantengan negociaciones serias o llamen a los legisladores hasta principios de septiembre.
Muchos en Washington ahora están considerando la expiración de la financiación del gobierno como la próxima y mejor posibilidad para forzar la acción adjuntando un paquete de ayuda para el coronavirus al proyecto de ley de gastos obligatorios. La financiación para el gobierno se agotará el 30 de septiembre y es probable que ninguno de los partidos quiera arriesgarse a un cierre del gobierno unas semanas antes de las elecciones.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (demócrata por San Francisco), se ha resistido a la idea de vincular la financiación del gobierno al alivio del coronavirus, argumentando que es demasiado tiempo por esperar. Los beneficios de desempleo mejorados y otras protecciones económicas aprobadas por el Congreso en marzo expiraron a fines de julio.
“No podemos esperar hasta el 30 de septiembre... La gente morirá”, dijo, y señaló que 77.000 han fallecido desde que la Cámara, liderada por los demócratas, aprobó en mayo su proyecto de ley de respuesta al alivio del coronavirus de 3.4 billones de dólares.
Los republicanos de la Casa Blanca y el Senado respondieron con un plan de $1.1 billones y rechazaron la oferta de los demócratas de comprometerse en alrededor de $2 billones.
El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), dijo el jueves que espera que se encuentre pronto un compromiso.
“Todavía espero que tengamos algún tipo de acuerdo bipartidista en las próximas semanas”, comunicó a los periodistas.
Los republicanos acusaron a los demócratas de politizar el estancamiento para presentarlo como culpa del presidente Trump.
El asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, aseguró que los demócratas quieren incluir demasiados elementos en sus “listas de deseos liberales de izquierda”, como medidas para proporcionar dinero para la votación por correo este otoño.
“Hasta ahora, estamos en un punto muerto”, manifestó Kudlow en CNBC. “Están pidiendo [por] demasiado dinero”.
Pero el tema se convirtió en un escollo importante en las conversaciones cuando Trump dijo que no aprobaría más dinero para el Servicio Postal debido a las esperanzas de los demócratas de que más personas voten por correo.
Los demócratas respondieron que el dinero para el Servicio Postal de EE.UU no solo es vital para garantizar que los estadounidenses puedan votar de manera segura durante la pandemia, sino también para la entrega de recetas y cheques del Seguro Social.
Otras disputas importantes incluyen las demandas de los demócratas de $1 billón en fondos para los gobiernos estatales y locales.
Si bien el secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, ha tenido una relación de trabajo productiva con Pelosi, su dinámica le valió la desconfianza de algunos republicanos de la Cámara, que en general se oponen a aumentar el déficit para obtener más alivio pandémico para los estadounidenses.
El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, ex presidente del conservador House Freedom Caucus, ha estado participando plenamente en las negociaciones por primera vez desde el inicio de la crisis del coronavirus. A partir de entonces, la Casa Blanca ha tomado una mano más firme, incluido el abandono de las conversaciones la semana pasada cuando concluyeron que los demócratas no estaban dispuestos a transigir.
McConnell se ha mantenido en gran medida al margen, contento de que la Casa Blanca negocie la posición del Partido Republicano. Se estima que la mitad de los republicanos del Senado se opondrían a cualquier acuerdo en parte porque desaprueban el gasto adicional, una dinámica que ha socavado su influencia y posición negociadora.
A medida que el semestre de otoño comienza en persona en muchos campus, algunos profesores están protestando, diciendo que es demasiado peligroso.
Por ejemplo, el senador Ron Johnson (republicano por Wisconsin) dijo que su esperanza es que las conversaciones permanezcan en un punto muerto, citando la preocupación por aumentar el déficit.
“Desde mi punto de vista, la ruptura de las conversaciones es una muy buena noticia”, dijo a Breitbart News. “Es una muy buena noticia para las generaciones futuras”.
Pero con tantos estadounidenses que luchan por pagar sus facturas y no pueden encontrar trabajo mientras los casos de COVID-19 continúan aumentando en algunas partes del país, la crisis económica es preocupante para los senadores republicanos en las boletas este otoño en una temporada electoral que ya se está inclinando hacia los demócratas y es probable que dependa de la respuesta al coronavirus.
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Quizá por esa razón, hay indicios de que incluso McConnell quiere que los negociadores vuelvan a la sala de juntas.
“No importa quién diga que nos volvamos a juntar, pero deberíamos reunirnos de nuevo, porque no ha habido una reunión de importancia entre las dos partes desde el viernes pasado”, dijo el martes en Fox. “Eso es demasiado.”
Mnuchin llamó a Pelosi el miércoles, pero esa conversación solo provocó un duelo de declaraciones.
“Estamos a millas de distancia en nuestros valores”, manifestó Pelosi el jueves.
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