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La líder del Partido Republicano de California tiene una estrategia para el éxito: nunca mencionar a Trump

Jessica Millan Patterson, ahora presidenta del Partido Republicano de California, habla a los delegados después de su nominación durante la convención del partido en Sacramento el 23 de febrero de 2019.
(Steve Yeater / Associated Press)

Ella devora las encuestas como cualquier profesional de la política. Y los sondeos muestran consistentemente que en la mayor parte de California, el nombre de Trump es una basura

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Si la líder del Partido Republicano de California se saliera con la suya, los candidatos republicanos en este estado nunca mencionarían el nombre del presidente Trump.

No es que Jessica Millan Patterson esté destrozando a Trump, es difícil imaginar a un líder republicano estatal hablando mal de un presidente republicano, pero ella devora las encuestas como cualquier político profesional. Y las encuestas muestran constantemente que en la mayor parte de California, el nombre de Trump está desprestigiado.

La última encuesta realizada por el Instituto de Políticas Públicas no partidista de California encontró que entre los votantes probables, el 94% de los demócratas y el 57% de los independientes desaprueban el desempeño laboral de Trump. Fue aprobado por el 84% de los republicanos, pero se han vuelto cada vez más escasos en California.

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Entonces, para cualquier candidato republicano que se postule en un distrito competitivo contra un demócrata, abrazar calurosamente a un presidente impopular sería como ‘descartar los votos’.

Patterson, presidenta del Partido Republicano de California, dice que los candidatos legislativos deben hacer campaña sólo en asuntos estatales y locales y evitar todos los temas presidenciales.

Los candidatos al Congreso podrían atacar el llamado del senador de Vermont, Bernie Sanders, para un seguro de salud universal, dirigido por el gobierno, vinculándolo a todos los demócratas, pero deberían centrarse de manera similar en los problemas cotidianos de los votantes de California, dice ella.

“Nuestro enfoque en California es mantenerlo local”, señaló Patterson cuando se le preguntó cómo los candidatos republicanos deberían manejar a Trump.

“Vamos a hablar de cosas que suceden aquí y que afectan la vida de los votantes, centrados en lo que está ocurriendo en Sacramento. Los demócratas nos han dado mucho para trabajar”.

También cambiaría el vocabulario de los políticos estatales. Descartarían hablar al estilo de Sacramento y dialogarían con los votantes con palabras claras sobre sus problemas e inquietudes diarias.

“Todos en Sacramento hablan en un idioma diferente”, se queja.

¿Cómo? “’Números de la legislación’, ‘autores’ y ‘coautores’, ‘audiencias’, ‘ enmiendas’ ”.

Bueno, sí, es el lenguaje básico de gobierno, presumiblemente enseñado en las clases de educación cívica de la escuela preparatoria. Pero sí provoca somnolencia y que se sienta acartonado.

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“Deberían hablar con los votantes sobre cuánto más les va a costar alguna [propuesta demócrata] como contribuyentes”, indica Patterson. “Dialogar sobre temas que son importantes para las personas”.

Una cosa más, dice ella: los políticos republicanos deberían aparecer más en público.

“Los demócratas lo hacen”, señala Patterson. “Muchos votantes no creen que los republicanos se preocupen por sus problemas”.

Ella no quiere decir simplemente aparecer en eventos de recaudación de fondos de campaña. Está hablando de presentarse en las reuniones en los salones de las logias y lugares de reunión locales para escuchar los problemas de los votantes y discutir soluciones: “involucrar a todas las comunidades” y ganar su confianza.

Patterson apareció en mi oficina el otro día para hablar sobre cómo está tratando de reconstruir el derrumbado Partido Republicano de California un año después de ser elegida presidenta en una convención estatal. Ella es articulada, enérgica y conocedora.

Los delegados la eligieron por encima de un fuerte conservador. Patterson se presentó como una pragmática.

La consultora de Sacramento y ex asesora del gobernador Arnold Schwarzenegger, Cassandra Pye, quien es negra, le dijo al Times en la convención:

“Hemos sido un partido que en esencia tiene una cara que es principalmente blanca, masculina y vieja. Es hora de pasar el partido a otra generación y a algunas personas que se parecen más al resto de California”.

La elección de Patterson fue un paso significativo en esa dirección. Ella es la primera mujer latina y la primera en ser elegida jefa del Partido Republicano de California.

Además, las dos líderes republicanas de la Legislatura son mujeres: la senadora Shannon Grove de Bakersfield y la asambleísta Marie Waldron de Escondido.

Patterson, una adicta de la política de toda la vida, de 39 años, creció en Montebello y fue a Cal State Northridge, con especialización en ciencias políticas. Después de la universidad, ella inmediatamente comenzó a trabajar en política. Vive en Simi Valley con sus dos hijas y su esposo, decano asistente de USC Viterbi School of Engineering.

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Como presidenta de CRP a tiempo completo, Patterson recibe $250.000 anuales, casi el doble del salario de $127.500 que los demócratas de California pagan a su presidente estatal, Rusty Hicks.

Los padres de Patterson eran demócratas: su padre, un delegado sindical de Teamsters y su madre, una “Reagan Demócrata”. Su padre era de ascendencia mexicana, su madre irlandesa y ucraniana, una católica atraída hacia el Partido Republicano por su oposición al aborto. Patterson también es antiabortista, pero dice que nunca ha sido una activista “pro-vida”.

En California, donde los votantes apoyan firmemente los derechos al aborto, los candidatos republicanos dejaron de enfocarse en el tema hace varios años. Los dos últimos gobernadores republicanos, Schwarzenegger y Pete Wilson, fueron ambos defensores del derecho al aborto.

Pero los californianos no han elegido a un republicano para un cargo en todo el estado desde 2006. Es estrictamente una regla de un solo partido en Sacramento. Los demócratas tienen supermayorías en ambas cámaras legislativas.

Y los demócratas dominan a la delegación de California en la Cámara de Estados Unidos por 46 a 7. Los republicanos perdieron la mitad de sus escaños en 2018 cuando los demócratas etiquetaron a los titulares republicanos como sapos de Trump.

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“Después de noviembre de 2018, estábamos en tiempos increíblemente oscuros”, dice Patterson. “Pero esa oscuridad se ha llenado de algo de esperanza, algo de emoción y la cantidad justa de personas enojadas, sobre todo, por la falta de vivienda hasta la posibilidad de permitirse el lujo de permanecer en California por más tiempo”.

“Vemos eso en el reclutamiento tanto de candidatos como de voluntarios y las contribuciones en línea”.

Patterson dice que el partido recaudó $1 millón en línea el año pasado, un aumento del 1.000%. Ha habido un incremento del 33% en los principales donantes.

Pero el registro de votantes republicanos ha caído en las últimas décadas al 23.7% del electorado, muy por detrás de los demócratas, que están en 44.6%. El Partido Republicano incluso le sigue a los independientes “sin preferencia de partido”, que suman 25.9%.

Los demócratas podrían ser de gran ayuda para los republicanos de California al derrotar a Trump en noviembre.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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