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Opinión: Por qué los 50 estados deben permitir que los adolescentes se vacunen sin el consentimiento de los padres

A dozen bottles of childhood vaccines with differently colored tops sit in a blue tray.
Una bandeja de vacunas infantiles. Puede ser difícil para los menores saber si pueden vacunarse sin pedir el permiso de sus padres.
(Los Angeles Times)

COVID-19 es un recordatorio de que compartimos la responsabilidad de prevenir la transmisión de enfermedades. Conseguir que las legislaturas estatales promulguen una legislación sencilla de consentimiento de vacunación en relación con los menores ayudaría a lograrlo

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Mucho antes de que los estadounidenses comenzaran a clamar por una nueva vacuna contra el coronavirus, un grupo de adolescentes de todo el país se embarcaba en una búsqueda por la vacunación, planteando preguntas en Reddit. Los adolescentes con padres “anti-vax” estaban, y todavía están, tratando desesperadamente de averiguar cómo vacunarse, pero las leyes obsoletas en muchos estados les niegan esa opción.

A medida que los médicos, los funcionarios de salud pública y los ciudadanos comunes presionan por una mayor inmunización, los adolescentes pueden y deben tener un papel que desempeñar. Quieren autonomía, no solo para proteger su bienestar personal, sino para ayudar a poner fin a las enfermedades prevenibles para todos.

Los 50 estados deben otorgar a los adolescentes el derecho a vacunarse sin el permiso de los padres.

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Cuando tenía 16 años, me topé con las publicaciones de Reddit de mis compañeros. Me sorprendió el hecho de que estuvieran haciendo estas preguntas y lo difícil que era encontrar respuestas claras.

Después de un año de investigación, lancé VaxTeen, una organización que ayuda a los adolescentes a tomar decisiones informadas sobre las vacunas y proporciona guías simplificadas, estado por estado, sobre las leyes de consentimiento de inmunización.

En EE.UU, la capacidad de los menores para dar su consentimiento para las vacunas depende del estado en el que viven.

La variedad de decisiones judiciales, códigos estatales, leyes federales y prácticas aceptadas que se superponen y que rigen la edad en la que los adolescentes pueden dar su consentimiento –además de las vacunas que pueden aceptar, si las hay- es complicado, inconsistente y, a veces, deliberadamente obtuso.

Dado que las inmunizaciones a menudo ni siquiera se mencionan explícitamente, descifrar si un menor puede o no autorizarlas es extraordinariamente complejo, especialmente para los adolescentes que intentan hacerlo sin el apoyo de sus padres.

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Nov. 18, 2020

Solo siete estados permiten que los menores en una varidad de edades tomen todas sus propias decisiones de atención médica, incluidas las relacionadas con las vacunas. Delaware y Montana les permiten dar su consentimiento a todas las inmunizaciones recomendadas, aunque en Montana esto no se extiende a la vacuna contra el VPH.

Seis estados, incluido California, les autoriza que den su consentimiento para las vacunas contra el VPH y / o la hepatitis B, y seis estados aplican una excepción subjetiva de “menor maduro” que permite que los menores den su consentimiento para la inmunización si un profesional de la salud determina que son lo suficientemente maduros.

En respuesta a los brotes de sarampión entre comunidades subvacunadas en 31 estados el año pasado, las legislaturas de Illinois y Nueva York están considerando proyectos de ley que ampliarían la capacidad de un menor de autorizar la vacunación de solo aquellas que previenen enfermedades de transmisión sexual a todas las inmunizaciones que son recomendadas por los CDC. Se están deliberando proyectos de ley similares en Georgia y Washington, D.C., donde no se permite el consentimiento de vacunas a menores.

Los padres que optan cada vez más por no vacunar a sus hijos han puesto en peligro a todos, ya que las tasas de inmunización han caído demasiado para mantener a raya a enfermedades como el sarampión y la tosferina.

En el año escolar anterior a la pandemia de COVID-19, la tasa de exenciones de vacunas infantiles reclamadas por los padres aumentó en 40 de los 49 estados según datos registrados. Exigir el consentimiento de los padres también representa una barrera para la inmunización de los adolescentes mayores cuyos padres están a favor de la vacunación, ya que muchos de ellos asisten solos a los chequeos de rutina.

El Dr. Arthur Caplan, director fundador de la División de Ética del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, dijo que “un menor maduro” debería poder obtener, sin el consentimiento de los padres, una “intervención segura y probada” que pueda prevenir la muerte o discapacidad. “Los padres no deben tener la autoridad para someter a sus hijos a daños graves prevenibles”, manifestó.

La Asociación Médica Estadounidense y la Sociedad para la Salud y Medicina del Adolescente, entre otras organizaciones médicas, apoyan firmemente las leyes que permiten a los menores de edad dar su consentimiento para las vacunas.

Otorgar a los adolescentes este derecho es esencial para detener la propagación de enfermedades, ya sea que estén surgiendo como el COVID-19 o hayan desaparecido de las noticias. Por ejemplo, aunque el sarampión fue declarado eliminado de EE.UU en 2000, el año pasado el país tuvo el mayor número de casos desde 1992.

En todo EE.UU, los programas de “hospital en casa” crecen a medida que avanza la pandemia

Ago. 26, 2020

En general, más de 42.000 estadounidenses mueren cada año por enfermedades que se pueden prevenir mediante la vacunación. En el transcurso de la pandemia, EE.UU ha experimentado una caída dramática en las tasas de vacunación infantil que ya están en descenso, impulsada por los temores de estar expuestos al virus en los consultorios médicos y avivado por la creciente prevalencia de información errónea sobre vacunas en línea.

Se debe permitir que los menores den su consentimiento a las inmunizaciones existentes y a una vacuna de COVID-19 para adolescentes una vez que esté disponible.

Los jóvenes de todo el país defienden sus derechos médicos para protegerse a sí mismos y a sus comunidades. Soy lo suficientemente afortunado de tener padres pro-vacunas, así que solo puedo imaginar el coraje que se necesita para cuestionar las creencias equivocadas de sus padres. Los estados deben empoderar a los adolescentes para que actúen.

El COVID-19 ha servido como una lección de salud pública sorprendente: cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de prevenir la transmisión de enfermedades, ya sea mediante la vacunación o el distanciamiento social, para garantizar nuestra salud colectiva. Alentar a nuestras legislaturas estatales a promulgar una legislación sencilla sobre el consentimiento de las vacunas para los menores ayudaría a lograrlo.

Kelly Danielpour es estudiante de último año en Crossroads School en Santa Mónica y fundadora de la organización VaxTeen.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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