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Una conversación con A.J. Duffy

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Cuando alguien cancela su suscripciÃ?³n y organiza una manifestaciÃ?³n de protesta frente al edificio del Times, por lo general no voy a tocar a su puerta para convencerlo de que se suscriba otra vez. Pero siento cierta simpatÃ?Âa por A.J. Duffy, presidente de United Teachers Los Angeles (UTLA), y sÃ?© que si se suscribiera al Times serÃ?Âa un lÃ?Âder mÃ?¡s inteligente y mejor informado, sobretodo porque hemos entablado una conversaciÃ?³n muy necesaria acerca de las formas idÃ?³neas de servir a cientos de miles de estudiantes.

La Ã?ºltima vez que entrechocamos lanzas fue el verano pasado, a raÃ?Âz de una columna que yo escribÃ? en la que sugerÃ?Âa que Ã?©l y su sindicato habÃ?Âan dejado pasar la oportunidad de ocupar una posiciÃ?³n de liderazgo en la reforma educativa. Duffy luego escribiÃ?³ su propia columna en el boletÃ?Ân de la UTLA, y digamos que no fue precisamente para darme las gracias.

Me parece justo decir que Duffy y yo tenemos una relaciÃ?³n amor-odio, y el viernes por la maÃ?±ana yo estaba ansioso por reavivarla cuando me dirigÃ? a su casa en Palms para tomar un cafÃ?©. QuerÃ?Âa hablar de su airada reacciÃ?³n a la serie de artÃ?Âculos sobre la eficacia docente que publicÃ?³ el Times.

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En la puerta de calle de su casa hay un letrero que dice: “AquÃ? vive un oso viejo con su miel”.

La miel es Carol, su bella esposa, quien antes de jubilarse trabajaba de asistente de educaci�³n especial. Carol dice que echa de menos el Times, especialmente la edici�³n dominical. Como su esposo le ha quitado ese placer, estoy pensando que el domingo voy a llamar a Carol para leerle el peri�³dico mientras el Oso Viejo come su avena.

Entonces Ã?¿por quÃ?© es que Duffy anda tan enfadado ahora? Como bien saben los lectores, el Times utilizÃ?³ un modelo estadÃ?Âstico llamado anÃ?¡lisis de valor agregado para revisar los puntajes que obtuvieron los alumnos en los exÃ?¡menes y determinar quÃ?© maestros de tercero a quinto grado lograban mÃ?¡s mejorÃ?Âa en esos puntajes. Luego el periÃ?³dico publicÃ?³ los hallazgos en una base de datos que menciona a los maestros con nombre y apellido, lo cual resulta comprensiblemente doloroso para algunos.

Ha surgido una tendencia a nivel nacional de utilizar este tipo de an�¡lisis como un componente de la evaluaci�³n de los maestros. Tanto la Junta Estatal de Educaci�³n de California como el distrito Escolar Unificado de Los �ngeles (LAUSD) han brindado su apoyo a la idea. La misma Randi Weingarten, presidenta del sindicato American Federation of Teachers, se�±al�³ a un periodista del Times que ha negociado 54 contratos con sindicatos docentes que incluyen alguna forma de an�¡lisis de valor agregado. Tambi�©n afirm�³ que los padres tienen derecho a saber si la evaluaci�³n de los maestros fue satisfactoria.

�¿Y Duffy qu�© piensa?

Prefiri�³ matar al mensajero y moviliz�³ a sus subalternos para desfilar alrededor de nuestro edificio con pancartas que acusan al peri�³dico de haber agredido a los maestros.

“Ã?¿QuÃ?© es lo que lograron?”, le preguntÃ?© en la sala de su casa.

“Logramos lo que nos propusimos”, respondiÃ?³, lo que era “atraer la atenciÃ?³n de los medios” y dar a conocer la perspectiva del sindicato.

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Duffy y yo estamos de acuerdo en muchas cosas. Ã?Â?l afirma que es difÃ?Âcil evaluar cabalmente a los maestros porque hay demasiadas variables, y tiene razÃ?³n. TambiÃ?©n sostiene que los exÃ?¡menes estandarizados son imperfectos y que deben revisarse para medir mejor la capacidad de cada alumno para emplear sus propios criterios para pensar las cosas. Su postura de que las fÃ?³rmulas de valor agregado no son perfectas es acertada. Duffy insiste en que hay que mejorar la capacitaciÃ?³n de maestros en las escuelas de pedagogÃ?Âa y que tanto los administradores como los padres deben involucrarse mÃ?¡s. Y considera vergonzoso que California sea uno de los estados con menor gasto promedio por estudiante. AmÃ?©n.

Duffy es crÃ?Âtico de la filosofÃ?Âa educativa actual: “Ã?¿QuÃ?© hemos hecho?”, pregunta, “Ã?¿educar personas o enseÃ?±arles a rendir examen?”

Buena pregunta. Pero aqu� va otra: �¿Por qu�© UTLA se resiste a la reforma de las evaluaciones en lugar de liderarla?

El estudio del Times identific�³ a cientos de maestros que hacen una labor sobresaliente en circunstancias muy adversas. �¿No es eso digno de celebrarse?

Por supuesto que la f�³rmula de valor agregado tiene sus defectos, pero si un maestro de cuarto grado consigue elevar los puntajes de sus alumnos consistentemente y otro no lo hace �¿no ser�¡ que este �ºltimo deba recibir algo de capacitaci�³n?

Y si ese maestro recibe ayuda, Ã?¿acaso no se beneficiarÃ?Âan los maestros de quinto grado?

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Y lo que resulta todavÃ?Âa mÃ?¡s importante, Ã?¿no serÃ?Âa mejor para los alumnos?

Duffy no da respuestas directas a este tipo de interrogantes. Lo que s� dijo es que la funci�³n de un buen administrador es saber qui�©n necesita ayuda.

“Se sabe quiÃ?©nes son los buenos maestros”, apuntÃ?³ Duffy, ante lo cual yo casi me caigo del sillÃ?³n porque Duffy suele oponerse a todo lo que implique reconocer que algunos maestros son mejores que otros.

De hecho, con frecuencia los maestros y los administradores saben qui�©nes son los maestros m�¡s competentes. Pese a eso, no se les recompensa, y los maestros de bajo rendimiento no tienen mayor incentivo para mejorar. Entretanto, da pasmo el que m�¡s de la mitad de los estudiantes del LAUSD no se grad�ºan con su clase.

Duffy indicÃ?³ que el sindicato estudia distintas fÃ?³rmulas empleadas por todo el paÃ?Âs para la evaluaciÃ?³n de maestros y que estÃ?¡ dispuesto a considerar algunas de ellas. Le gusta el concepto del examen de colegas, en el que la observaciÃ?³n y calificaciÃ?³n de los maestros estÃ?¡ a cargo de otros maestros y administradores. Los que no dan la talla reciben capacitaciÃ?³n. El lÃ?Âder sindical estuvo de acuerdo en que es bastante inservible el sistema actual de evaluaciÃ?³n, en el que un administrador pasa al vuelo por la clase y da al maestro una calificaciÃ?³n de satisfactorio o insatisfactorio.

Le preguntÃ?© si estarÃ?Âa de acuerdo con un sistema en el que del 70 al 80 por ciento de la evaluaciÃ?³n se basara en el examen de colegas, con la parte restante segÃ?ºn los puntajes de valor agregado.

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Una vez m�¡s, no dio una respuesta directa. Est�¡ dispuesto a debatirlo, pero se muestra esc�©ptico ante la idea de que exista una f�³rmula confiable para calcular el valor agregado.

AquÃ? en el Times tratamos de ser lÃ?Âderes de ese debate. Creo que los contribuyentes, asÃ? como los casi 700,000 estudiantes cuya educaciÃ?³n financian, se beneficiarÃ?Âan si un hombre con la experiencia de Duffy participara en el debate en lugar de protestar.

Carol, ten paciencia. Y dile al Oso Viejo que si cambia de opini�³n acerca de la suscripci�³n, yo mismo le entregar�© el peri�³dico a su puerta durante una semana.

Steve.Lopez@latimes.com

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